Los narcos vienen de Marte

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Un aumento del 39 por ciento en materia de seguridad pública contempla el paquete económico 2009 que es discutido en el Congreso, en detrimento de otras áreas que sí son prioritarias como la salud. La medida, de aprobarse, pegará duro a programas como el del SIDA. Dado que el gobierno es muy conservador y con visión muy tradicionalista, criminalizan esta enfermedad. Entonces prefiere gastar el dinero en más armamento y responder a la violencia con más violencia, afirmó Salvador Peniche Camps, especialista en economía y profesor investigador del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA), de la UdeG.
Lo mismo sucede con el medio ambiente, agricultura y ganadería. Esto refleja la visión social del gobierno. El incrementar las acciones militares y policíacas no han sido las medidas más adecuadas.
Desde la perspectiva económica hay medidas mucho más eficientes que pueden tener resultados reales y efectivos. El asunto de la seguridad tiene varias aristas. El gobierno tiene necesidad de protegerse y criminalizar la protesta social. Esto se justifica con el aumento de los presupuestos a la policía y al ejército. Si en verdad quisiera luchar contra el narcotráfico, la estrategia sería orientada a rastrear las ganancias y las inversiones originadas por el crimen.

Atacar las cabezas
El gobierno tendría que ubicar dónde tiene el narcotráfico los negocios y el dinero, lo que significa pegarle a las cabezas que muchas veces están involucrados con los grupos en el poder. “Si ya hay denuncias de que hay gobernadores y gente en el poder vinculada con el narcotráfico, habría que desenmascarar a estos criminales. Esto sí sería una acción efectiva. Ya no sería necesario incrementar el presupuesto de seguridad, porque las bandas serían desmanteladas”. El investigador enfatizó que no hay una estrategia real contra el crimen, sino una de seguridad hacia el propio presidente.
“Una de las formas más lógicas de poner un alto al narcotráfico es la despenalización del comercio de los enervantes. Sería una herramienta muy eficiente para acabar con este delito y daría un golpe durísimo a las agrupaciones dedicadas a esta actividad. Esto es mejor que el enfrentamiento a balazos con los vendedores. Al mismo tiempo las autoridades tendrían que utilizar los fondos recabados de la venta para tratar a personas con problemas de adicción y una campaña de propaganda contra el uso de narcóticos que informe de los daños que causa a los organismos”.
El investigador criticó la propuesta actual del gobierno en torno al narcotráfico: “Es como si los narcotraficantes vinieran de Marte a vivir en el país. Son los malos de la película, cuando también son mexicanos, gente que muchas veces no tiene otras opciones para trabajar y tiene que sostener a su familia. Entonces no son los enemigos los que nos vienen a invadir. El problema está en las tripas del tejido social mexicano”.
Peniche Camps indicó que no existe mucho interés por parte del gobierno de golpear a muerte al narcotráfico, simplemente espanta con el petate del muerto.
Gran parte de la inversión que hay en México está vinculada con negocios ilícitos. “Si realmente le pegan a este sector —uno de los pocos que está creciendo— la poca inversión que hay en el país disminuiría. Hay que recordar que muchos sectores que eran la base de la economía, como la agricultura, están destruidos por la toma de decisiones económicas equivocadas. ¿Qué pasaría si el país deja de percibir ingresos relacionados con actividades delictivas?, simplemente la economía saldría afectada en el crecimiento y en el empleo”.

Incentivar el empleo
Es necesario que haya un cambio de política pública. Deben abrirse empleos, incentivar la educación y darle opciones a la gente para que tenga otra forma de ganarse la vida. Lo que ahora pasa es que el ejército se mete a las comunidades campesinas más pobres, que no tienen otras opciones más que cultivar enervantes, o persiguen a los comerciantes que los venden. “Está de locos, es una estrategia que lo único que genera es violencia, bombazos a la población civil”.
El paquete económico 2009 contempla la creación de 538 mil empleos. No se habla de los empleos que se pierden. El investigador calculó que habría que restar a la primera cifra un cincuenta por ciento, sobre todo a consecuencia de la crisis norteamericana.
La baja creación de empleos es consecuencia de la falta de programas industriales y de apoyo al campo. No ayuda en mucho la política de la no intervención en la economía del estado. “El resultado son estas tristes cifras, a pesar de las buenas intenciones que pueda tener el gobierno”.
México requiere generar, por lo menos, un millón de trabajos anuales para incorporar al mercado laboral a todos los que ingresan a la población económica activa, además sería necesario que no cerrara ninguna fuente de trabajo.

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