La reversa del “sueño americano”

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No es casualidad que al transitar por los municipios de los estados del país, nos encontremos con comunidades semipobladas en su mayoría por ancianos, mujeres y niños. ¿Dónde están los hombres jóvenes y adultos? En el norte, buscando el mítico “sueño americano”. ¿Se puede alcanzar éste y vale la pena el sacrificio?
El investigador de CUValles, Enrique Martínez Curiel, en su libro Hasta que la green card nos separe, revela a través de un estudio de caso, la situación migratoria particular en Ameca, hace un recuento histórico, además de referir el hermanamiento con Lake Tahoe, la ciudad destino predilecta de los migrantes amequenses; la relación de matrimonios por conveniencia, y cómo la green card (como denominan a la visa) es el primer objetivo en la búsqueda del sueño americano.
Hace cinco años se hablaba del cruce de varios cientos de miles de migrantes al año hacia Estados Unidos y ahora se habla de una tendencia negativa, es decir, que cada vez cruzan menos hacia el norte y más hacia el sur. La violencia, a diferencia del flujo migratorio, se ha incrementado en las distintas rutas del paso migrante. Hoy se registran en promedio 1.5 muertes al día en las rutas del desierto, las montañas o el río, en el intento de los migrantes mexicanos o centroamericanos de cruzar la frontera.
Precisamente por esto, el flujo migratorio de mexicanos se redujo 50 por ciento en el año 2011, comenta la doctora especialista en migración, Angélica Navarro Ochoa, investigadora del Departamento de Estudios Económicos y Sociales, del CUValles.
La región Valles no escapa de esta tendencia internacional, nacional y estatal. Según la doctora Navarro Ochoa, pese a que Ameca fue el municipio de Jalisco que más participantes envió a Estados Unidos, por el Programa Bracero, de 1942 a 1964, y que por tradición ha sido un municipio expulsor de migrantes, esto va en declive.
La investigadora Navarro Ochoa explicó que ahora la población envejecida, que habita en esta zona de Jalisco, es una circunstancia causada por las migraciones. También consideró que actualmente el proceso de migración interna va en incremento, con Guadalajara como uno de los principales destinos.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), obtenidos del Censo de Población y Vivienda de 2010, Ameca tiene una población de 57 mil 340 habitantes, de los cuales, 9 mil 638 personas tienen de 55 años o más.
Los padres de las generaciones que migraron son los principales habitantes en esta zona, y puede llegar el momento en el que los migrantes ya no regresen a sus ciudades de origen, consideró Navarro Ochoa.
Falta de oportunidades
Con la esperanza de que sus hijos tuvieran mejores oportunidades de empleo, don Roberto Peña Delgadillo, un amequense, los inscribió en escuelas privadas, para que estudiaran una carrera. “Soy un obrero, a mucha honra. Me sacrifiqué mucho”, dijo al recordar esa situación.
Ahora tres de sus hijos viven en Estados Unidos. Sólo uno tiene papeles. Al preguntarle por qué sus hijos salieron de Ameca, no duda en contestar: “Nuestros hijos tienen que migrar: aquí no hay trabajo”.
Otro de los hijos de don Roberto trabaja en Guadalajara. El bajo sueldo y no tener prestaciones, son los motivos que lo han orillado a fijarse una meta: ir al norte para buscar mejores oportunidades, pues sabe lo que significa ganar dólares. Ya había trabajado en Estados Unidos.
Porque sus hijos no cuentan con papeles en Estados Unidos, don Roberto y su esposa decidieron tramitar su visa de turista. Cada año suelen visitar a sus familiares en el norte. “Los que no tienen papeles, allá están viviendo una vida de sacrificio”.
La situación de don Javier Sánchez Gómez es similar. Tres de sus hijos viven en Estados Unidos, pero ninguno tiene papeles. Por eso cada que don Javier y su esposa pueden ir a visitarlos, llegan a los lugares donde sus hijos residen, Las Vegas y a Lake Taho.
A pesar de las adversidades, don Javier está seguro de que sus hijos están mejor allá: “Considero que viven bien, son muy dedicados a trabajar. Ellos están convencidos de que esa es la manera de salir adelante”.
Don Javier tiene otros familiares que recientemente han partido en la búsqueda del llamado sueño americano. Las dificultades que han tenido sus parientes se las atribuye a la falta de empleo que hay en Estados Unidos, pues comentó que “andan navegando mucho”, refiriéndose a que no tienen trabajos estables.

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