La otra escuela: la vida

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Moisés, de 27 años, cursa quinto semestre de la carrera de periodismo en el Centro Universitario de la Ciénega (CUCiénega), ubicado en Ocotlán. Aunque la edad promedio de estudiantes de periodismo es de 20 años, a Moy, como le llaman, esto no le impidió continuar sus estudios.
“Sentía una competencia interna. El mundo está caminando y yo no estaba haciendo nada. Entonces mi primer objetivo fue terminar la prepa en 2008 y en 2010 ingresé a la Universidad”.
La mayoría de los estudiantes que llegan a Ocotlán a cursar periodismo son foráneos. Asisten personas de Tepatitlán, Poncitlán y Zapopan. También de los estados de Tabasco, Nayarit y Zacatecas, y extranjeros que están de intercambio. Ocotlán se convierte en un lugar multicultural.

El dinero
Elegir una carrera ofrecida lejos de casa, implica mayores gastos, por lo que algunos estudiantes son apoyados económicamente por sus padres, familiares o por becas.
Vivir en Ocotlán significa economizar. Hay gastos fijos, como la renta de un cuarto compartido o individual, que va de 400 a 1,000 pesos, dependiendo de los servicios que ofrece. Ya en el transcurso de los semestres y por la amistad que surge entre ellos, algunos prefieren rentar departamentos y casas a los alrededores del CUCiénega y compartir gastos.
“Trabajo en las temporadas fuertes, que son en vacaciones y lo que junto es para pagar renta, luz y gas. Gasto como 250 pesos a la semana, entre transporte, comidas y bebidas. Sí, compro una caguama, pero otra me pesa el codo: prefiero comer”, platica Moy, quien a veces es apoyado por su familia.
De cualquier manera como obtengan los recursos económicos, los estudiantes tienen la necesidad de administrar el dinero. En lo que respecta a la comida, Moy prepara sus alimentos. A veces lleva comida congelada que le dan sus vecinos, pero también cocina.
“Soy el hijo de las pastas. Es lo más económico. Compro un kilo de tortillas para toda la semana y agua. En semestres pasados hubo buena temporada de campamentos y gastaba hasta 600 pesos, y me preguntaba en qué se iba todo el dinero. Es que compraba comida en la calle”
Moy está de lunes a viernes en Ocotlán: “El truco: en mi casa agarro el macrobús (seis pesos). A la Central son otros seis pesos. Hay una ruta de primera que va directo a Ocotlán y la de segunda que va ‘rancheando’. Lo que hago es que pido un boleto para Poncitlán y en ese me bajo hasta Ocotlán”.
El camión de Guadalajara a Ocotlán, que utiliza la mayoría de los estudiantes, cuesta 77 pesos el pasaje, pero Moy usa el camión que hace varias paradas, aunque tarda más tiempo, pero cobra 36 pesos y ahorra.
De regreso a Guadalajara, Moy pide “aventón”, acompañado de amigos. Los automovilistas y traileros que van de paso por la carretera a Guadalajara, se paran y los estudiantes trepan. A Moy no le da miedo.
Otra de las necesidades de estudiantes universitarios es tener una computadora e internet para realizar trabajos académicos. Moy comenta: “Yo no tengo máquina. La que tenía la vendí en tercer semestre, para los gastos. Voy a la escuela y utilizo el internet de la biblioteca o de radio (las oficinas de la estación de XHUGO 107.9 MHz) y cuando tengo trabajos en que me tardo, una vecina me presta su lap una vez a la semana”.

Expectativas juveniles
La Coordinación de Servicios Estudiantiles dio a conocer un estudio de detección de necesidades de estudiantes de la Universidad de Guadalajara, el cual revela que a 46.21 por ciento de ellos les gustaría ser apoyados con becas; con bolsa de trabajo a 15.92 por ciento; talleres y asesorías a 16.97 por ciento; cursos, a 16.44 por ciento, y conferencias a 4.43 por ciento.
Al cuestionar a los entrevistados sobre los tipos de cursos y conferencias a las que les gustaría asistir, éstas fueron: cultura (29.76 por ciento), educación (26 por ciento), política (20 por ciento), emprendurismo (12.79 por ciento) y medio ambiente (11 por ciento).
Las respuestas anteriores son resultados de una encuesta realizada a 383 estudiantes de los niveles medio superior y superior, realizadas del 7 al 9 de junio, por la Coordinación de Servicios Estudiantiles (CSE), con el objetivo de proponer estrategias que permitan tomar decisiones orientadas al apoyo de la comunidad estudiantil.
Aparte de tus labores educativas, ¿realizas otra actividad?, y en fines de semana, ¿qué tipo de actividades acostumbras realizar?, fueron otras preguntas hechas a los universitarios. Respecto a la primera, se obtuvo que 43.4 por ciento de los estudiantes laboran después de clases; 21.9 por ciento, además de sus labores educativas, practica un deporte; 19.4 por ciento realiza otras actividades recreativas, y un 26 por ciento manifestó no trabajar o realizar otra actividad. Este segmento muestra disponibilidad, interés y energía, actitudes que pueden ser canalizadas, asienta el documento.
Acerca de las actividades en fin de semana, 42.81 por ciento lo ocupa para visitar familiares y/o amigos y, un porcentaje interesante, 51 por ciento, se dedica a labores ligadas al descanso, el trabajo, el deporte y la cultura.
A los entrevistados se les pidió enumerar los temas que consideran relevantes, y en orden fueron seguridad (27.15 por ciento), salud (27.93 por ciento), educación (24.28 por ciento) y medio ambiente (5.48 por ciento).

Programas y asesorías
La Universidad de Guadalajara cuenta con distintas instancias y programas para apoyar a jóvenes como Moy, quienes pueden acudir al servicio de tutorías, que ofrece el CUCiénega, tras dirigirse a solicitar el servicio con su coordinador de carrera.
El objetivo de las tutorías es mejorar las condiciones del proceso enseñanza-aprendizaje y la detección de necesidades en el área de orientación personal (psicológica, familiar o de salud) y académica.
La Unidad de atención social, de la CSE, que dirige Francisco Israel Lepe Hernández, brinda una serie de programas de salud contra el suicidio, las adicciones, el de PrevenIMSS y el de prevención contra embarazos no deseados, titulado “Más vale prevenir que amamantar”, así como el de desórdenes alimenticios, enfermedades de contagio y transmisión sexual VIH / sida.
Luis Rubén Velasco Gómez, jefe de la Unidad de apoyos económicos, de la CSE, refirió que ellos han organizado ferias del empleo, en las que por lo general las empresas que participan ofrecen empleos de medio turno, con sueldos de tres o cuatro mil pesos mensuales. Además comienzan a ofrecer talleres para que los estudiantes puedan elaborar un currículo, así como de capacitación para una adecuada entrevista de trabajo.
El jefe de la Unidad de bienestar estudiantil, de la misma coordinación, Mauricio Hermosillo Tejeda, indicó que los programas de apoyo educativo que ofrecen a los estudiantes, giran en dos ejes principales: el primero dedicado a la orientación vocacional, que incluye charlas, talleres y exposiciones, y que cada año concluye con una expo profesiones, y la segunda, el congreso de orientación educativa, para capacitar a los orientadores vocacionales y tutores para que tengan una mayor visión. También organizan el curso para el examen de admisión a licenciatura de la UdeG.
Otra instancia universitaria es la Coordinación General de Servicios a Universitarios (CGSU), que cuenta con programas para alumnos sobresalientes, grupos vulnerables, como madres solteras y adolescentes embarazadas, personas con alguna discapacidad física, población rural o indígena, personas en situación de pobreza, con VIH/sida o con enfermedades crónicas degenerativas.
Los alumnos de escasos recursos pueden adquirir becas de fondos federales y estatales, en el programa nacional de becas y financiamiento para estudios de tipo superior del estado de Jalisco (Pronabes) y continuar sus estudios.
Moy espera la respuesta de una beca que solicitó. Aunque la mayoría de los estudiantes se las ingenia para administrar el dinero y vivir fuera de casa, uno de los retos y aprendizajes en la vida de estudiantes universitarios.

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