La música de las palabras

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Antes que músico, Joselo Rangel deseaba ser escritor. Influido por autores como Neil Gaiman, J. G. Ballard o Ray Bradbury, Rangel encontró posibilidades para la creación de historias. A mediados de la década pasada, el integrante de Café Tacvba comenzó a publicar semanalmente la columna “Crócknicas marcianas”, en el diario Excélsior, actividad que actualmente le permite involucrarse dentro del periodismo.
El resultado de esta labor es compilado en un libro, de título homónimo a la columna de Rangel, que aparece bajo la naciente Editorial FIM. La experiencia periodística no sólo se encuentra dentro del terreno de la música, también incluye anécdotas cercanas, dice Joselo Rangel.
“La escritura es un acto de liberación. Es un lugar para poder mostrar mi acuerdo o desacuerdo con lo que me rodea”.
Joselo Rangel explora su propio mundo en Crócknicas marcianas, siempre ligado a la música, pero desde una perspectiva que involucra los pequeños detalles, uno de los elementos fundamentales de la crónica.
Momentos en Inglaterra, donde Joselo Rangel encuentra a un taxista de origen euroasiático, admirador de la cantante y compositora mexicana Ely Guerra. Su primer acercamiento con un punk y el descubrimiento de la paternidad, son algunas de las experiencias, con estilo singular, que el lector podrá encontrar en Crócknicas marcianas.

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