La metafísica del cartón

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Las caricaturas de José Ignacio Solórzano, mejor conocido como JIS, nunca se han caracterizado por ser convencionales, directamente políticas o sencillas, por el contrario, los trazos que utiliza, las formas, incluso los mismos diálogos que propone en dimensiones siempre distintas, siempre individuales, son difíciles de interpretar en muchos casos.

Así lo vemos en “Otro día” la sección de cartones de JIS en el diario Milenio, en su programa de radio (que es un reflejo hablado de los cartones) la “Chora Interminable” trasmitido por Radio UDG y en los jams con otros moneros e ilustradores en ferias de libros. La actitud ante su trabajo es siempre lúdica, sarcástica y, por qué no decirlo, rara.

Así, con esta rareza innata, JIS publicó recientemente Luna de gatos (Pollo Blanco, 2015), un libro de caricaturas hechas por él, y a todo color; en éste encontramos imágenes de juego, de insinuación al enigma y a la lectura que no sigue una historia cronológica y, por ello, se propone a un nivel más diverso: “Creo que si hay algo que me falta es esta habilidad para crear una historia, narrativamente, a veces pasa que dos cartones pretenden ser de la misma escena, pero es casi accidental, el trabajo de estas compilaciones es, precisamente, hacer que embonen”, dice el autor.

Luna de gatos es un libro a color de 24 páginas, una por cada cartón, en la que se desarrollan pequeños fragmentos con personajes como diablitos locos y gatos hipnotizados por la luna, entre otros monos.

JIS sabe que los cartones que componen el libro pueden no ser exclusivamente para niños, habituado a una composición más compleja de los monos y sus situaciones: “No es que tenga una idea clara de para quién van a ir dirigidos los monos, nacen y ya, esta colección contiene algunos dibujos que ya había realizado y que de pronto parece que sí son para niños”.

Solórzano indica que son precisamente ellos quienes tienen mayores capacidades para asimilar las rarezas de un cartón: “La verdad es que me parece que los niños tienen muy despierta esta parte que a mí me encanta explorar, hablo de este valor imaginativo que tienen, esa primera pachequez y cómo la explotan a partir de ciertos elementos, mostrarle los cartones a un niño ya es un gran reto y si alguno lo disfruta ya es ganancia…”.

El libro está recomendado para niños de entre diez y doce años. Los cartones fueron realizados hace veinte años antes de que Pollo Blanco le propusiera a JIS este proyecto que editaron en 2014 y reeditaron este año, presentándola como una de las obras más accesibles del autor.

El monero tapatío cuenta ya con varias publicaciones, antes de Luna de gatos, publicó recientemente Sexo (Sexto Piso, 2015); estas ediciones y los retos que conllevan son para JIS un escape de la rutina actual del dibujante: “Tengo una relación a veces problemática con mi trabajo, porque aunque sigo siendo monero a veces usar tanto el mismo formato me aprieta, hago los cartones diarios para el periódico y, luego, busco otros lugares como la publicación impresa de varios cartones o de pronto hacer obras menos humorísticas, buscar hacer algo más abstracto, más reflexivo o curioso, incursionar en la reflexión, en profundizar en ciertos temas, como en la metafísica del cartón, cosas así”.

Durante tantos años metido en el gremio del “Mono”, JIS ha aprendido muchas lecciones que fungen como ejercicios creativos y que le han situado, a sus cincuenta y dos años, en un estilo inamovible que ya sea en las presentaciones de sus libros o en las redes sociales el público tiene muy claro: “Siempre me he balanceado en las cotidianidades, en las peleas de cama, los hijos, las reflexiones, mi dibujo siempre ha tenido un gusto genuino por lo raro, por las líneas indefinidas y eso es precisamente lo que me gusta a mí”.

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