Jorge Durand

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Originario de Perú, el doctor Jorge Durand, investigador del Departamento de Estudios sobre Movimientos Sociales (Desmos), del CUCSH, supo lo que era ser inmigrante en México; le tocó adaptarse y aprender, y, aunque reconoce que no siempre fue fácil, esto le brindó una peculiar perspectiva para estudiar este fenómeno.

Naturalizado mexicano, el académico es licenciado en Antropología Social por la Universidad Iberoamericana; maestro en Antropología Social por el Colegio de Michoacán, y doctor en Geografía y Ordenamiento Territorial por la Universidad de Toulouise-Le Mirail, Francia. Tiene alrededor de 35 años dedicado al estudio de la migración.

Por su trayectoria y contribuciones en el conocimiento de esta área y su labor en la formación de nuevas generaciones, fue distinguido este 2018 como Investigador Nacional Emérito del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

Jorge Durand también ha trabajado en temas de antropología urbana e industrial, de los cuales publicó su primero y segundo libros: La ciudad invade al ejido y Los obreros de Río Grande. Otras de sus publicaciones son La experiencia migrante (editado por la Universidad de Guadalajara en 2000), y Return to Aztlan (1987), entre otros.

Actualmente forma parte de la Academia Mexicana de Ciencias. Ha sido profesor e investigador visitante en las universidades de Chicago, Pennsylvania, California, UCLA, Varsovia y Princeton.

¿Cuáles fueron los detonantes para dedicarse al estudio de la antropología y la migración?
De joven, en los años 70, trabajé en comunidades indígenas de Perú, con la población campesina quechua, en un proyecto que era de alfabetización. En esos tiempos soñábamos con la revolución; ahí me despertó el interés por los estudios antropológicos, que empecé en Lima y terminé en México. Cuando estaba elaborando el libro Los obreros de Río Grande, me invitaron a trabajar en el Mexican Migration Proyect. Hicimos 800 encuestas en cuatro localidades y sacamos el libro Return to Aztlan, que fue un modelo para el estudio de la migración. Años después, con el doctor Douglas Massey, ampliamos la muestra, y en la actualidad tenemos 164 comunidades, en la mayoría de estados de la república mexicana. Entonces, todos los años hemos ido monitoreado el proceso migratorio de los mexicanos a Estados Unidos, añadiendo información a lo que es una base de datos pública.

En una columna periodística señalaba que el origen y final de la migración está en la crisis, ¿por qué?
En México la migración está ligada al mercado laboral. La crisis rompe con esa expectativa de buscar trabajo en Estados Unidos, como ocurrió en 2008, pero también con las crisis en México de los 80 y 90, con las devaluaciones sistemáticas, el cambio económico al modelo neoliberal, la quiebra de fábricas y las situaciones del campo se dio la gran migración mexicana. En la actualidad la migración mexicana ha disminuido sensiblemente porque hay nichos laborales en México, y ha influido también el cambio demográfico poblacional del país.

¿Qué representa ser parte de la National Academy of Sciences de Estados Unidos?
Es uno de los logros más importantes de mi carrera, porque se ingresa de forma anónima. Evalúan tu currículo y luego te llaman para invitarte a ser miembro. También formo parte de otras dos academias, como la American Philosophical Society y la American Academy of Arts & Scienses.

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