Heinz Sonntag

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Las libertades concedidas por el gobierno cubano a sus ciudadanos, lejos de ser un avance democrático, son una manera de mantener el sistema totalitario que caracterizó a Fidel Castro durante su mandato.
Heinz Sonntag, sociólogo alemán nacionalizado venezolano, afirma que las transformaciones en la isla caribeña responden a la necesidad del gobierno de Raúl Castro de que todo siga igual. El especialista había declarado que “como presidente, Raúl Castro ha comprendido que la forma tradicional del socialismo del siglo XX que encarnaba Fidel Castro no funciona más” (La gaceta 528).
En ese sentido, apunta el académico: “Giuseppe Tomasi de Lampedusa escribió una novela que hablaba de que siempre ocurren cambios que son diseñados de modo tal que no cambian absolutamente nada. En el caso de Cuba, la apertura a estudiantes universitarios y de secundaria para usar internet es prácticamente una revolución en ese país. Es absolutamente insólito que la gente pueda andar con teléfonos celulares y hasta una ridiculez el permiso para los cubanos de entrar en los hoteles y restaurantes que estaban reservados para los turistas. En este momento me parece que están ocurriendo esos cambios para que no cambie nada”.
Dichas aperturas han sido criticadas por el mismo Fidel como una manera de aparentar democracia, señala el profesor emérito de la Universidad Central de Venezuela, en entrevista concedida a este semanario durante su visita a la Universidad de Guadalajara, donde realizó un curso y dictó una conferencia magistral como parte de las actividades de la Cátedra Julio Cortázar.
En Venezuela no hay ese intento de mantener una apariencia democrática, asegura, para luego poner como ejemplo el intento de reforma constitucional propuesta por el presidente Hugo Chávez en diciembre pasado y rechazado por la ciudadanía mediante un referendo.
“Ahora, después de que el pueblo ha dicho que no a esta reforma, Chávez la está metiendo de contrabando. Como ésta incluía su sempiterna reelección, ahora pretende hacer una ‘enmiendita’ –como el mismo Chávez la ha nombrado a manera de broma– a la constitución para postularse por lo menos para un periodo más”, subrayó el académico de universidades en Venezuela, Argentina, Brasil, Chile, Japón, Perú y México.
El interés de Chávez es perpetuar el régimen totalitario que ha venido construyendo en los últimos años mediante la militarización de su gabinete; la educación, la represión y la imposición de un pensamiento único, como ocurría en los estados totalitarios del siglo XX.
“Ciertas dictaduras militares de los setenta querían la ‘tranquilidad’ del pueblo. Si [la gente] no se metía en política y no atacaba al gobierno, no le pasaba nada. Hoy en día el régimen de Chávez es otra cosa. Quiere que todos los venezolanos estemos en una sola línea de pensamiento, que es una característica de los regímenes totalitarios”.
Para ello, manifiesta Sonntag, Chávez utiliza la educación primaria y secundaria como un primer mecanismo de convencimiento. “En los programas [educativos] faltan 40 años de historia venezolana, que son los años de la democracia venezolana entre 1958 y 1998. Estos cambios en los planes educativos intentó hacerlos en 2002, pero los detuvo por la oposición de la sociedad civil. La reforma constitucional anunciada por Chávez el 15 de agosto de 2007 preveía un plan para la educación y para blindarlo nombró ministro de educación a su hermano mayor, Adán Chávez, que antes había sido embajador en Cuba para que entrenarse en este tipo de régimen totalitario de planes de estudio. Hasta ahora el chavismo no ha logrado penetrar las universidades, señala el académico presidente del Observatorio Espacio Antitotalitario Hannah Arendt, con sede en Caracas.
¿Qué otros países en América Latina estarían en un caso similar al de Venezuela?
Los cuatro países de la Alternativa Bolivariana para los pueblos de nuestra América: Cuba, Nicaragua, Bolivia y Venezuela. Sin embargo, indica el investigador del Centro de Estudios del Desarrollo, “la situación en Bolivia es muy tormentosa. Es un país muy complicado: primero, tiene una población indígena muy diversificada; y, por el otro lado, tengo la impresión de que el gobierno de Evo Morales no tiene fuerza ni apoyo suficiente como para hacer lo que hace Chávez. Una de las provincias más importantes del país quiere autonomía perteneciendo al estado. ¿Qué hace Evo? Manda aprobar una ley según la cual él puede introducir la revocatoria, figura jurídica que existe en Venezuela, pero es muy difícil para Evo hacer una cosa igual. Temo que los consejos que le da Chávez son más dañinos que benéficos”.

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