Ganar elecciones en entornos turbulentos

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Ganar elecciones democráticas en entornos turbulentos, supone la capacidad de los partidos políticos y sus candidatos para entender y dimensionar el contexto en el que éstas se realizarán y que, de una u otra forma, incidirán en el ánimo de los votantes y en su decisión electoral.
Un entorno turbulento puede ser definido como aquel contexto caracterizado por el dinamismo y la incertidumbre, mismo que supone la inestabilidad y la presencia de hechos y/o factores que hacen especial la coyuntura o momento que se está viviendo. Un entorno turbulento también implica cambios significativos, rápidos y discontinuos, así como situaciones en las que la estabilidad del sistema está amenazada por nuevos productos, nuevas tecnologías y, sobre todo, nuevos competidores.
En el caso político electoral, debemos entender por entorno turbulento la realización de elecciones constitucionales en un contexto de una severa crisis económica y otra crisis de seguridad pública, cuyos reflejos más visibles son los altos niveles de criminalidad y violencia, las altas tasas de desempleo y el incremento de la pobreza, entre otros.
Las próximas campañas electorales que se impulsarán, de cara a la elección presidencial de 2012, se realizarán bajo entornos turbulentos, que los partidos y sus candidatos deben analizar y tomar en consideración antes de diseñar su trazo estratégico, mismo que será determinante para ganar espacios de representación pública.
Al respecto podemos identificar, al menos, dos entornos turbulentos que incidirán, de una u otra forma, en el resultado de las elecciones y que determinarán, de cierta manera, la agenda y las propuestas programáticas en los próximos comicios.
En primer lugar, la crisis económica que flagela a nuestra economía y que ha generado, entre otras casos, un mayor nivel de pobreza y desempleo entre los mexicanos, se constituye en un entorno turbulento que los partidos y los candidatos deben considerar al plantear sus estrategias de campaña. Toda crisis económica genera entre los diferentes sectores sociales inconformidad, dolor, incertidumbre y, sobre todo, frustración y enojo, el cual puede ser movilizado de forma creativa e inteligente a las urnas para tratar de ganar o conservar el poder.
De hecho, aprovecharse del entorno turbulento por parte de los partidos y sus candidatos ha sido una práctica frecuente en, al menos, tres campañas presidenciales en los últimos años. En 2008, por ejemplo, en Estados Unidos de Norteamérica, Barack Obama movilizó hacia las urnas el descontento social que generó la crisis económica internacional, la crisis inmobiliaria, el aumento de los precios de los alimentos y la gasolina en la Unión Americana, así como la guerra impopular en Irak y Afganistán. Además de que supo movilizar el descontento social que generaron los ocho años de mal gobierno por parte de George W. Bush. Algo similar pasó en mayo de 2009 en América Latina, cuando Ricardo Martinelli ganó la elección en Panamá a Balbina Herrera, con una diferencia de 18 por ciento. Una estrategia similar, también se usó en España en noviembre de 2011, cuando el Partido Popular recuperó el poder tras la crisis económica y el alto nivel de desempleo (que llegó a ser del 20 por ciento) en esta nación ibérica. En estos tres casos, la crisis económica y los efectos perniciosos que generaron, fueron utilizados por los candidatos opositores para derrotar a sus adversarios.
En segundo lugar, la crisis de inseguridad pública y el alto nivel de criminalidad también se constituyeron como otro entorno turbulento, mismo que utilizan partidos y candidatos para buscar conservar o tener acceso a posiciones de poder político. Sin embargo, aquí es importante notar que no todo entorno turbulento automáticamente implica que el partido gobernante pierda las elecciones, sino que hay casos que muestran que sí es posible ganar elecciones por partidos en el gobierno bajo el contexto de una crisis severa de inseguridad pública y alta criminalidad, como sucedió en Ciudad Juárez y Durango, en julio de 2010 y en el estado de Nayarit, en julio de 2011. En estos tres casos, el PRI era el partido gobernante. En los tres casos existía un alto nivel de inseguridad pública y en los tres, el PRI volvió a ganar la elección.
Para analizar esta situación y estudiar casos de campañas exitosas en entornos turbulentos, la Universidad de Guadalajara, a través del CUCEA y el Instituto Internacional de Periodismo y Comunicación Política, con sede en Chihuahua, organizan el seminario internacional “Ganar elecciones en entornos turbulentos”, el 22 y 23 de marzo.
En él participarán ponentes de talla internacional, que disertarán sobre las estrategias que deberán utilizar los partidos y sus candidatos para ser exitosos, a pesar de los entornos turbulentos. Este seminario parte de la premisa que señala que “las campañas electorales se ganan o se pierden a nivel estratégico y táctico.” Es decir, la estrategia es resultado e incide determinantemente en definir quién gana y quién pierde en la arena político electoral.

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