Desequilibrio entre los sexos

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Las leyes dan cuanta de iniciativas como si no hubiera sexos, como si no hubiera hombres y mujeres, comentó la doctora Candelaria Ochoa ívalos, investigadora del Centro de Estudios de Género de la Universidad de Guadalajara (UdeG), al analizar la desigualdad social que provoca la discriminación de las mujeres. Es por eso que se debe revisar la ley desde una perspectiva de género, “porque las leyes nos afectan distinto a las mujeres que a los hombres”.
La propia naturaleza de la mujer la vuelve vulnerable ante un hombre cuando la violencia está de por medio, sus dotes naturales para concebir un hijo en su vientre la incapacitan para conseguir recursos y subsistir durante los días de su recuperación, y su conformación física la vuelve vulnerable ante un ataque sexual de un hombre. Es por eso que para tener una convivencia justa entre hombres y mujeres, hace falta revisar la ley desde una perceptiva de género.
La diputada Gloria Rojas Maldonado, presidenta de la Comisión de equidad de género en el Congreso de Jalisco, propuso en 2008 un promedio de 30 iniciativas en pro de una sana convivencia entre hombre y mujeres, sin embrago, sólo una de ellas fue aprobada: la Ley por una vida libre de violencia. En cuanto al trabajo en conjunto de la comisión, no se llegó a ningún acuerdo durante el año anterior, por lo que no se presento ninguna iniciativa en pro de la equidad.
El Pacto Jalisco 2007 por la igualdad entre mujeres y hombres, la Ley de igualdad entre mujeres y hombres y el Exhorto por un trato digno a las mujeres, son iniciativas propuestas que no se aprobaron, privando así a las mujeres de beneficios como el impulso de organismos gubernamentales y universidades para promover la equidad, la eficiencia en el trámite que realizan las mujeres para recibir la pensión de los hijos, en caso de ser divorciadas, y el trato justo en cuanto a los sueldos en el aspecto laboral. Situaciones de inequidad que aún se manifiestan en los distintos sectores sociales.
Los argumentos que emitieron algunos diputados para frenarlas iniciativas van desde que no era viable la ley o incluso que aún no entienden cuál es la desigualdad que viven las mujeres ante los hombres. La doctora Candelaria Ochoa responde: “La forma en cómo vivimos la vida pública las mujeres y los hombres es diferente, se tendría que revisar la ley con una perspectiva de género… si las mujeres estamos en la calle después de las 11 de la noche, solas, pues lo más seguro es que tengamos un ataque sexual, y a los hombres los van a robar. Suceden cosas distintas, por lo que se tienen que generar los mecanismos para equiparar las condiciones entre mujeres y hombres”. Sin embargo, la ley sigue siendo la misma.
Solamente dos logros se obtuvieron en 2008 en pro de la equidad de género: la Ley de acceso a una vida libre de violencia y el Programa por la equidad, declarado a nivel nacional, pero frustrado al interior del estado.
A pesar de que la desigualdad perjudica a toda la sociedad, son las mujeres quienes se pronuncian por la equidad entre los sexos. Los hombres se han mostrado pasivos. La académica Candelaria comenta que “los hombres consideran que los temas de la equidad de género no les corresponden a ellos, cuando en realidad es un tema cultural que debería de importarnos a todos, porque no se trata de que solamente las mujeres cambien, la sociedad cambia y también impacta en todos los ciudadanos”.
Una muestra más de la pasividad de los varones en la participación por la igualdad entre hombres y mujeres es su ausencia en las comisiones de equidad de género de los congresos locales en el país. Sólo en los estados de Guanajuato, Durango y Colima está un hombre al frente de esta comisión, en el resto de los estados, son las mujeres quienes coordinan los trabajos legislativos en temas de equidad, a pesar de que su participación es menor en los cargos públicos.
La pasividad de los hombres por impulsar acuerdos que regulen la convivencia justa entre los géneros, explica la Candelaria Ochoa que “es un problema de índole cultural, en donde toda vía se sigue considerando a las mujeres como ciudadanas de segunda… mientras se siga considerando de segundo orden la equidad, seguirán pensando en las mujeres como un ghetto, como un grupo, cuando en realidad somos la mitad de la población y estamos involucradas en todos los temas”.
La implementación de leyes para mejorar la convivencia justa entre hombres y mujeres avanza a pasos lentos, pero puede ser aún más lenta su implementación, pues la sociedad tiene que estar preparada para llevarlas a la práctica, de lo contrario, asegura la doctora, “por más iniciativas de ley que tengamos, si la cultura no cambia, no nos va a servir de nada”.

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