Una vez al año resuenan en la mente de los fumadores o de las personas con adicciones al alcohol o a las drogas, los daños que causan estas sustancias a su salud. Una vez cada 365 días las mujeres se sensibilizan sobre el tema del cáncer de mama, e igualmente, una vez al año los gobiernos lanzan iniciativas para luchar contra el daño al medio ambiente.
Promover fechas como el Día internacional de la lucha contra el uso indebido y el tráfico ilícito de drogas, celebrado el día 26 de junio, o el Día mundial de no fumar, el pasado 31 de mayo, además de reafirmar la prevención, deja un mensaje positivo en los consumidores, afirmó Carlos Guillermo González Romero, médico general del Consejo Estatal Contra las Adicciones de Jalisco (Cecaj), de ahí que diversas encuestas señalan que de un 10 a un 15 por ciento de las personas dejan de fumar por lo menos ese día.
“El objetivo es crear conciencia del daño que provocan estas drogas, legales o ilegales, porque se convierten en sustancias adictivas. La persona poco a poco va aumentando su consumo y todas causan daño, dependiendo de la toxicidad de la sustancia y de la frecuencia de su consumo”.
Una droga lleva a otra
En México el consumo de la droga más aceptada por la sociedad, el alcohol, inicia a los 12 años, señala la última Encuesta Nacional de Adicciones de 2008. Cuando una cerveza y un cigarro ya no son suficientes, la persona experimenta la necesidad de consumir otras sustancias y es cuando la mayoría de la población comienza por la marihuana y le sigue con la cocaína.
Especialistas confirman que el consumo de una droga legal eleva las posibilidades de ingerir una ilegal. De ahí que las estadísticas a escala nacional señalan que en promedio, el 5.2 por ciento de la población mexicana entre 12 y 65 años son consumidores o han probado drogas ilegales en algún momento de su vida y su primer contacto con estas sustancias fue entre los 10 y 19 años.
En Jalisco la incidencia es del 5 por ciento, informó González Romero. “Las drogas ilegales de mayor consumo son la marihuana, con el 4.1 por ciento, la cocaína, con el 1.9 por ciento y los estimulantes de tipo anfetamínico, con el 0.7 por ciento. El género masculino es el que representa mayor consumo. Para marihuana alcanzó el 6.9 por ciento, mientras que el femenino el 1.4 por ciento. Para la cocaína el masculino, con el 3 por ciento y el femenino, 0.8 por ciento”.
El también investigador del Departamento de Salud Pública, del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), explicó que el incremento en el uso de drogas ilegales se relaciona con el consumo de las denominadas de primer contacto, tales como alcohol y tabaco.
“La permisibilidad que se está haciendo con el alcohol es demasiada y lo podemos ver con los accidentes fatales de los jóvenes y en menores de edad. Ellos combinan alcohol y tabaco, y ahí comienza la aceptación a otras drogas”.
Sugiere preparar a los jóvenes en otros aspectos. “Nos cuesta trabajo pensar que los jóvenes dedican parte de su tiempo al deporte y que hay más lugares de esparcimiento para ellos que los antros”.
Legalización
La discusión en torno a la legalización de la mariguana ha vuelto a aparecer en los ámbitos nacional e internacional. Durante su participación en la Novena Conferencia Binacional México-Estados Unidos sobre Reducción de la Demanda de Droga, el “zar antidrogas” de Estados Unidos, Gil Kerlikowske, dijo que la legalización de las drogas es absurda, postura que comparte la Procuraduría General de la República en México.
Sin embargo, la Comisión Global de Políticas de Drogas de la ONU, conformada por ex jefes de Estado de América Latina, se pronunció por la “regulación” de las drogas, por una razón principal: en los últimos 50 años las políticas represivas aplicadas no han logrado disminuir el consumo de las drogas ilegales, sino todo lo contrario.
En el ámbito local, González Romero apunta que: “Nuestro país no está en condiciones ni culturales ni sociales para aceptar una droga como la marihuana. Si no podemos controlar el alcohol ni el tabaco, ¿qué va a pasar con las otras?”.
Para el especialista del Cecaj, el problema radica en que una droga te invita a usar otra. “El fumador va tolerando el tabaco por la nicotina, que es fuertemente adictiva. Aumenta el consumo y requieres otra droga más fuerte para sentir esa satisfacción, placer y bienestar que te dan las drogas”.
Para legalizar las drogas y seguir el ejemplo de Holanda, uno de los primeros países que aceptó el libre consumo de la marihuana, nuestro país debe tener más conciencia e información, reiteró González Romero. “¿Quién dice que esto no tenga que ver con una permisibilidad al uso de otras drogas?”.