En octubre de 1925 la UdeG se constituyó como una de las primeras universidades públicas en México y de América Latina. “Resurge en un contexto posrevolucionario, en medio de la reorganización de un Estado y basada en los preceptos de la Constitución de 1917”, época en que se busca implementar la laicidad en las cuestiones públicas e impulsar la educación, señaló en entrevista Ana María de la O Castellanos Pinzón, investigadora del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH).
La situación de Jalisco era muy parecida “a la que se vivía en el país”, había todavía enfrentamientos entre las facciones posrevolucionarias, las haciendas cañeras se habían derrumbado y se trabajaba en volver a articular diversas actividades. Los campesinos empiezan a recibir tierras “aunque no eran las mejores”, se comienzan a conformar sindicatos fuera de los católicos que existían, se presenta una importante migración del campo hacia Guadalajara y las mujeres empiezan a tener un mayor papel en asuntos públicos.
En cuanto a educación en el país, “desde la época de las Leyes de Reforma se crearon las bases para un Estado laico y donde éste debía asumir el tema de la educación; en Jalisco todavía entrado el siglo XX no se tenía plenamente garantizado este asunto”. Fue hasta después de la Revolución, la Constitución de 1917 y la creación de la Secretaría de Educación Pública en 1922, que se “asume que el Estado va a ser el garante de la educación”, afirmó la especialista del Departamento de Historia del CUCSH.
En Jalisco, “los constitucionalistas, como Manuel M. Diéguez, lo primero que hacen es empezar a construir escuelas (la Preparatoria de Jalisco en 1914) y generar iniciativas de ley para la instrucción pública (1918); tradición constitucionalista que llega hasta la propia refundación de la UdeG” con José Guadalupe Zuno Hernández.
A lo largo de 90 años de esta era, la Universidad “se ha transformado radicalmente, pero siempre ha mantenido el compromiso social con el cual surge, de brindar educación pública y laica y formar profesionistas al servicio de la sociedad, además de que ha sabido responder a los retos de la sociedad”, sostuvo Castellanos Pinzón, también coordinadora del acervo histórico de la Biblioteca Pública del Estado de Jalisco (BPEJ).
Pasado y presente
El gobernador de Jalisco, Guadalupe Zuno Hernández, a partir de la nueva Constitución, las inquietudes de los integrantes del Centro Bohemio, la conferencia sustentada por el ingeniero Juan Salvador Agraz Ramírez de Prado sobre el proyecto de volver a contar con una universidad, convoca a más de una docena de distinguidos profesionistas para perfilar la estructura de la Universidad, de acuerdo con documentos de especialistas que han estudiado la historia de esta institución educativa.
Fue promulgada la Ley orgánica, integrada por 11 capítulos y 109 artículos. Conformaron a la UdeG con instituciones que tenían sus orígenes en las épocas colonial, juarista y constitucionalista: Preparatoria de Jalisco, Preparatoria para Señoritas, Normal Mixta, Escuela Politécnica, facultades de Farmacia, Ingeniería, Medicina, Jurisprudencia y Comercio, Observatorio Meteorológico del Estado y la Biblioteca Pública del Estado, y con la visión de crear las instancias necesarias para fortalecer la educación universitaria.
El Gobernador nombró como rector al profesor Enrique Díaz de León. La ceremonia de inauguración se celebró el 12 de octubre en el Teatro Degollado y en la primera sesión el Consejo Universitario eligió el lema de la Universidad “Piensa y Trabaja”.
La UdeG, que es la segunda universidad más grande del país, de acuerdo con los indicadores institucionales, cuenta actualmente con más de 255 mil estudiantes, 15 centros universitarios, un Sistema de Universidad Virtual y 60 escuelas preparatorias distribuidas en diversas regiones y municipios de Jalisco, donde se imparten 395 programas académicos.
Destaca en indicadores nacionales en posgrados, y, entre las universidades públicas estatales, en carreras, preparatorias e investigadores de reconocida calidad. Resalta su impacto local, visibilidad internacional, así como por muchos de sus eventos académicos y culturales de trascendencia estatal, nacional y mundial.
