Cada año, por lo menos 13 millones de toneladas de plástico se vierten en los mares y océanos. Éstos se desechan y recorren los ríos hasta llegar al mar, afirmó el coordinador de Alianzas, de la Organización de la Naciones Unidas para el Medio Ambiente, Arturo Gómez Shuster, durante la conferencia “Mares limpios”, en el marco de la tercera edición del ODS Festival.
En el auditorio central del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA), el conferencista señaló que entre 60 y 90 por ciento de la basura marina está constituida por plásticos; no sólo de botellas y empaques, sino también de microplásticos y nanoplásticos incluidos en algunos productos de belleza. Por ejemplo, los champús que prometen un mejor rizado contienen microplásticos y nanoplásticos, y van al desagüe, de ahí al río, al mar, se lo comen los peces, y luego llega al humano a través de éstos. “Estamos comiendo los mismos plásticos que generamos”, afirmó Gómez Shuster.
Las personas, muchas veces, no tienen un comportamiento responsable con el plástico, ya que tiran las botellas y el unicel a la basura después de usarlos sin hacer nada más. El problema es que un millón de botellas de plástico son compradas cada minuto en el mundo; hasta cinco mil millones de bolsas plásticas se utilizan cada año y 100 mil animales marinos mueren por causa del plástico anualmente.
Gómez Shuster mencionó que 50 por ciento de los plásticos que consumen los seres humanos son de un solo uso, y éstos generan gran parte de los problemas. Advirtió que para que el plástico se degrade tienen que pasar por lo menos 100 años.
La basura marina no afecta solamente a la flora y fauna de los mares, también a la actividad económica. Las islas de basura marina afectan a la navegación, así como a la pesca, ya que los peces mueren muchas veces por consumir plástico; esto repercute en los bolsillos de muchas familias e incide en la pobreza, y ésta puede influir en la violencia.
El plástico ha facilitado la vida de la gente, ya que, por ejemplo, los utensilios desechables son usados y tirados. Lo que implica no lavarlos. Sin embargo, eso ha llevado al planeta a los límites, de los cuales es necesario salir mediante un cambio de comportamiento.
Son recomendables medidas como utilizar bolsas de tela para ir al super o comprar víveres en los mercados, reciclar botellas de plástico, así como esforzarse por eliminar el uso de bolsas, popotes y envases.
El investigador señaló, con preocupación, que de continuar las mismas tendencias, en 50 años va a haber más plásticos que peces en el mar, ya que a la contaminación por plásticos hay que sumarle la sobrepesca.
Es probable que toda la dieta con base en pescados y mariscos desaparezca de la alimentación de las siguientes generaciones, o el costo será tan alto y el producto tan difícil de conseguir que habrá poco acceso al mismo, denunció Gómez Shuster.
Resaltó la importancia de medidas para evitar el consumo de botellas plásticas y evitar la eliminación de plásticos de un solo uso. “Tenemos que proteger a nuestros ecosistemas de la irresponsabilidad de muchos seres humanos que no quieren cambiar”.
Explicó que el plástico no sólo va a parar a los organismos marinos, también a los humanos, ya que 90 por ciento del agua embotellada contiene partículas de plástico, así como 83 por ciento del agua del grifo. En consecuencia, en la sangre de muchas personas hay componentes y grandes concentraciones de plástico.
