Cannabis un mercado emergente

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Expertos internacionales participaron en la gira Cannafest 2019  para abordar temas como el destino medicinal de las sustancias derivadas de la cannabis y el uso industrial del cáñamo de la marihuana.

De acuerdo con los especialistas, la marihuana no sólo es consumida para fines recreativos, sino que alrededor de esta planta han surgido productos y servicios que ya son rentables en zonas del mundo donde ya ha sido legalizada.

Para el activista Paul Stanford de Estados Unidos, quien por más de 40 años ha sido un hito en la lucha por la despenalización de la planta, no sólo se trata de venderla para uso adulto (nueva forma de referirse al uso recreativo), también hay un mercado emergente de productos creados a partir de derivados del cannabis: aceites, cosméticos como lociones, acondicionadores, semillas, materiales de refacciones para automóviles y construcción de fincas.

“La del cannabis ha sido la industria con más éxito en Estados Unidos y ha generado miles de fuentes de trabajo. El número de tiendas de marihuana supera al de cafetería en los lugares donde ya es legal. México podría salir beneficiado por la legalización”, externó.

Mientras que Carlos Cervantes, director del Cannafest y egresado del CUCEA, explicó que, aunque es incierto hasta dónde llegaría el impacto económico, existen indicadores que aproximan a los beneficios que podrían existir en México al legalizarse la mariguana.

“Se esperaría que con 400 toneladas se puedan recaudar en México mil 872 millones de pesos en sólo un año, según la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer). El mercado del cannabis en México tiene un valor potencial de mil 700 millones de dólares, tomando en cuenta el uso medicinal y recreativo, de acuerdo al fondo de inversión Privateer Holdings”, detalló.

Recalcó que la industria del cannabis medicinal es un ramo que ha crecido en Estados Unidos, pues actualmente la planta ya se utiliza para sustituir varios medicamentos, y en términos económicos, dijo, “si se sustituyera el tratamiento anual original por derivados del cannabis, de tan sólo 2 mil 63 personas enfermas de sida, bulimia, anorexia y cáncer, se ahorrarían 56 millones 759 mil pesos; eso sería un ahorro al sector público”.

Actualmente Canadá es uno de los países que más demandan cannabis para su industria y que México podría ser un gran exportador gracias a que “los ecosistemas han desarrollado sus propias plantas a lo largo de la costa mexicana del Pacífico. México es el gigante dormido”, enfatizó.

Mencionó que las empresas canadienses y el conocimiento práctico de los israelíes ya están convergiendo en Colombia (país que tiene un potencial de 100 mil hectáreas de cannabis para uso medicinal) para el desarrollo de su industria del cannabis, pues ya hay una legislación.

Mike Bifari Bifari —militante argentino que ha sido docente sobre cannabis en la Universidad de Oaksterdam e involucrado en el Proyecto Museo Café Ganja— destacó que hay industrias colaterales que surgirán una vez que sea legalizado y que también representarán fuentes de empleo, se trata del “turismo cannábico”.

“Es algo que mucha gente ya está pensando y son lugares donde la gente iría a pasarla bien, lugares privados, tal vez clubes. Canadá ya ha tomado la industria del cannabis con todo”, compartió a los presentes.

El cannabis y la salud
La marihuana no es una panacea, pero tampoco hay que descartar a priori su uso terapéutico, señaló el vicepresidente de la Asociación Mexicana de Medicina Cannabinoide, Luis David Suárez Rodríguez.

El especialista pidió a los estudiantes de Medicina tener un criterio abierto para estudiar las alternativas que ofrecen los fármacos elaborados con base en cannabinoides, sobre todo analgésicos, antidepresivos y coadyuvantes en el tratamiento del cáncer.

“Pareciera que la cannabis es una especie de panacea. De acuerdo con la revista PAIN, los potenciales y beneficios de la cannabis son en tratamientos para inflamación, dolor, diarrea, distrofia muscular, esclerosis múltiple, artritis reumatoide, etcétera. Todos, potenciales patologías en las cuales la cannabis podría tener beneficios”, detalló.

Suárez Rodríguez se adentró en el estudio de la medicina cannabinoide debido a que a su consultorio en Playa del Carmen, Quintana Roo, llegaban pacientes de todo el mundo para pedirle seguimiento a tratamientos recetados en sus países de origen, con fármacos basados en sustancias derivadas de la hierba; pero así como hay beneficios, advirtió, también existen efectos adversos potenciales.

“Por más que digamos que el cannabis es muy segura, puede haber adicción fisiológica, dependencia psicológica, síndrome de abstinencia, tolerancia con el uso excesivo, ansiedad, alucinaciones, depresión, miedo, precipitaciones psicóticas, alteración en la percepción del tiempo. Ojo: todos estos efectos que los usuarios del cannabis recreativa reconocemos, los consideramos en medicina cannabinoide como efectos adversos”, recalcó.

Dejó en claro que en el caso del cáncer, jamás se debe dejar de aplicar radioterapia y quimioterapia, y que la marihuana no debe sustituir estos tratamientos, pero sí puede combinarse.

Por su parte, Diana Orendarin Brasch, residente de anestesiología del nuevo Hospital Civil Dr. Juan I. Menchaca, recordó que existen textos chinos que datan del año 2900 antes de Cristo, donde ya se exploraban los potenciales beneficios de la planta para tratar el estreñimiento, el dolor reumático, los transtornos del tracto reproductor femenino y la malaria.

“Fue hasta 1964 cuando los cannabinoides entran en la escena científica, cuando Raphael Mechoulam (profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén, en Israel) identificó al delta-9-tetrahidrocannabinol (THC) como el ingrediente psicoactivo principal del cannabis”.

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