Biblioteca Iberoamericana, los 29 años de un pilar de la cultural en Jalisco

Desde el 19 de julio de 1991, este hermoso recinto en el corazón de la ciudad ha sido refugio para el conocimiento y un espacio cultural para personas de todas las edades

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Fotografía: Adriana González

Sus paredes esconden no sólo un patrimonio artístico y cultural incalculable, sino también un sinfín de historias de hombres y mujeres de todas las edades que han encontrado en la Biblioteca Iberoamericana Octavio Paz una fuente de aprendizaje.

El 19 de julio, este recinto cumple 29 años de ser un refugio para el conocimiento y un espacio que ofrece actividades y opciones culturales para personas de todas las edades, uno de los más importantes en el Área Metropolitana de Guadalajara y el estado.

De la mano de su primer director, el escritor Fernando del Paso, la biblioteca cumplió su vocación de ser un lugar especializado en literatura iberoamericana y fue más allá, pues se convirtió en un espacio incluyente tanto para niños y adolescentes como para personas invidentes, recuerda la actual directora, Carmen Villoro.

En su fundación la biblioteca tenía 15 mil volúmenes y en 2020 suma más de 70 mil ejemplares de libros dedicados a la literatura y las humanidades de Iberoamérica que son utilizados por los investigadores y académicos en estas disciplinas, como aquellos dedicados a la llamada “cultura general”, que atraen a todo tipo de lectores.

La Biblioteca suma más de 70 mil ejemplares dedicados a la literatura y las humanidades de Iberoamérica. Foto: Adriana González

“En estos 29 años se ha ido enriqueciendo mucho el acervo, esa fue una de las principales funciones del maestro Del paso lograr un acervo muy importante que es especializado en literatura y humanidades, pocas son las bibliotecas que tienen este acervo además de que cuenta con títulos que son del interés del público en general como enciclopedias, libros de historia, arte y otras disciplinas”, recalcó.

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Carmen Villoro, quien tomó las riendas de la biblioteca tras la muerte de Del Paso, en 2019, afirmó que junto a la riqueza bibliográfica se ha buscado preservar el edificio histórico, una joya arquitectónica y artística con más de 400 años de antigüedad, que antes fue el Templo de Santo Tomás.

“Se ha cuidado mucho que el edificio se conserve, que se conserven los murales que tiene y que son una joya artística, murales de Amado de la Cueva y de David Alfaro Siqueiros. Todos los administradores han cuidado que se conserve el edificio en las mejores condiciones”, dijo Villoro.

En 2017, el recinto fue objeto de un robo e incendio en sus oficinas, por lo que los murales del Olimpo House y los pintados en 1925-1926 por De la Cueva y Alfaro Siqueiros sufrieron afectaciones.

Las instalaciones permanecieron cerradas durante un año tiempo en el que especialistas del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), a través del Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble (CENCROPAM), restauraron la obra mural de esta biblioteca, además de que se repararon los daños a la infraestructura.

Una biblioteca para todos

Talleres, funciones de cuentacuentos, círculos de lectura, presentaciones de libros, obras de teatro y sesiones de lectura en voz alta. La amplia gama de actividades que ofrece la biblioteca la ha consolidado como un espacio incluyente al que puede acercarse cualquier persona.

Uno de los objetivos de Carmen Villoro es convertir a la Biblioteca Iberoamericana en un centro cultural en el que todos tengan cabida.

El cierre debido a la pandemia ha servido para que los trabajadores se capaciten en los protocolos sanitarios y en el uso y manejo de las plataformas virtuales. Foto: Adriana González

“Hemos tenido muy buenas conferencias, la visita de escritores importantes, este último año fue sede de la Feria Internacional del Libro con lecturas públicas. Tenemos un acervo muy bueno, ahora hay que darlo a conocer y que debemos convertir la biblioteca en un centro cultural, esa es mi intención y creo que poco a poco lo vamos a ir logrando”, destacó.

Villoro destacó el área infantil y juvenil que fue abierta al público en 2002 y el servicio para personas invidentes y débiles visuales, puesta a disposición de esta población en 2005 con computadoras especiales y libros en sistema Braille.

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Presencialidad en tiempos de pandemia

Desde su inicio, la Biblioteca Iberoamericana ha tenido una vocación de servicio clásico, es decir, libros en papel que son consultados por los visitantes que acuden al recinto. La necesidad de la virtualidad obligada en medio de la pandemia por Covid-19 no será un obstáculo para que los lectores se acerquen a su acervo, advierte Villoro.

“Tenemos un área de libros virtuales y consulta de internet, se abrió un área para este tipo de consultas precisamente para esta necesidad, sin embargo, la vocación de la biblioteca por sus características seguirá siendo la consulta en papel”, expresó.

La pandemia obligó a cancelar todos los servicios de la biblioteca y a cerrarla de manera indefinida, pero este tiempo ha servido para que los trabajadores se capaciten en los protocolos sanitarios y en el uso y manejo de las plataformas virtuales.

“Han tenido cursos de cómo tratar los materiales, como tratar a los usuarios al regreso del confinamiento, las medidas de higiene y seguridad para regresar a nuestros servicios, esto es difícil en la condición de la Biblioteca Iberoamericana porque es un recinto cerrado, que atiende al público en general en el corazón de la ciudad y tiene muchos usuarios de edad mayor, es más complicado que con otras bibliotecas”, explicó.

La directora señaló que debido al confinamiento que se mantendrá en las próximas semanas, guardarán los festejos de aniversario para el próximo año, cuando se cumplan 30 años de su fundación.

“Lo estamos preparando desde hace un año y desde luego lo vamos a celebrar con cultura, con actividades, esperamos que puedan ser presenciales, vamos a hacer una gran fiesta cultural para festejar los 30 años de la biblioteca”, adelantó Villoro.

Algo de su historia

  • La Biblioteca Iberoamericana Octavio Paz (BIOP) fue fundada en 1991, durante la víspera de la Primera Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno.
  • Mandatarios de una veintena de países de América Latina, así como de España y Portugal realizaron actividades en este lugar, que días más tarde fue habilitado como biblioteca pública administrada por la Universidad de Guadalajara.
  • Su primer director fue el escritor Fernando del Paso, cargo que ostentó hasta su fallecimiento en noviembre de 2018.
  • En 2002 se abrió un espacio para literatura infantil y juvenil, además de tener actividades culturales para este tipo de público.
  • Desde 2005 se cuenta con un servicio para personas invidentes y débiles visuales.
  • En septiembre de 2019 tomó posesión la directora Carmen Villoro.
  • En diciembre de ese año, se unió como sede de la FIL Guadalajara.
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