Universitarios en la cima

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    El camino hacia la cima es como el viaje hacia uno mismo, una ruta en solitario”. Era una de las frases del alpinista italiano Alessandro Gogna. Sólo quienes recorren esas rutas podrían comprender a fondo el significado de esa frase y muchas más que existen en el medio del alpinismo, un deporte de perseverancia y alto grado de dificultad.
    José Vega y Daniel Araiza, estudiantes del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA) y del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD), respectivamente, emprendieron hace unas semanas una aventura más, esta vez por las zonas montañosas de Canadá, misma que abarcó del 29 de diciembre al 20 de enero.
    El objetivo: escalar rutas de hielo y mixtas de diferentes longitudes y grados de dificultad en las Rocallosas canadienses localizadas en el estado de Alberta, con la finalidad de aprender y mejorar su técnica para realizar ascensos más comprometidos y de mayor dificultad en la montaña.
    Ambos incursionan en esta disciplina hace siete años aproximadamente y José recuerda cómo en los tiempos de secundaria y preparatoria esperaban el momento de ir a escalar. “Saliendo de la escuela nos íbamos con otros amigos a El Diente, ahí empezamos a escalar, al igual que en el lugar conocido como la hidroeléctrica. Después empezamos a ir a las montañas de México como el Nevado de Colima, el Iztaccíhuatl, el Pico de Orizaba y al Potrero chico en Nuevo León y desde el año pasado empezamos a organizar y buscar un nuevo destino y decidimos que la mejor opción era Canadá”.
    Daniel explica que la idea de viajar a Canadá fue por los deseos de subir algo con más exigencia y fue un viaje con la misión de ampliar técnicas de gran pared, escalada en hielo y mixta que es diferente a la escalada de glaciar. “Amplió nuestras técnicas y a la hora de escalar rutas de grado exigente siempre nos pone a pensar qué sigue”.
    Aseguran que la última expedición fue todo un éxito, ya que lograron cumplir con los objetivos basados principalmente en el perfeccionamiento de técnicas y ya planean nuevos ascensos. “Los planes ahora son ir un mes en verano a Perú a montañas de 6 mil metros, por rutas difíciles. En mi opinión hay alpinistas mexicanos que van a montañas de renombre, pero lo hacen en un ambiente muy comercial y por rutas fáciles, nosotros buscamos montañas altas y con rutas difíciles a eso fuimos a Canadá a prepararnos para ascensos más complicados”, explica José.
    Incluso Daniel dice que no descartan Alaska o un Himalaya para practicar nuevas líneas. “Hemos escalado montañas nacionales y algunas internacionales en Estados Unidos, Canadá y fuimos a Perú y subimos cinco cumbres el Huascarán que es la más alta de Perú con 6 mil 746 metros y Alpamayo considerada la montaña más bella del mundo”.
    José señala que la práctica de este deporte les beneficia en diversas áreas de su vida cotidiana, además de que les permite tener un estilo de vida saludable. “Somos conscientes que estamos lejos de los alpinistas de talla internacional, pero es por eso mismo que no buscamos ser alpinistas profesionales y llevamos una vida integral donde creemos que la práctica del alpinismo aporta mucho a las demás áreas de la vida”.
    El mezclar el estudio con el deporte no ha sido fácil para ellos, ya que es una disciplina que demanda entrenamientos en aspecto de fuerza, potencia, resistencia y técnica de escalada, pero aseguran que el esfuerzo vale la pena y exhortan a todos los jóvenes a salir de la rutina y experimentar cosas diferentes, especialmente en una disciplina como esta donde existe mucho por conocer.

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