Fani ha encontrado un nuevo camarada en el programa de servicio social Peraj-adopta un amig@. Es Moisés Rodríguez García, un estudiante de la licenciatura en periodismo, quien pasa parte de sus vacaciones en el Centro Universitario de la Ciénega, donde, en unas instalaciones casi vacías, funge como tutor de esa alumna de la escuela pública Primero de Mayo, de Ocotlán.
Peraj-adopta un amig@ es un proyecto que busca favorecer el desarrollo integral de niños en situación de vulnerabilidad. Su estrategia es brindar apoyo a través de tutores y a la par fomentar en los universitarios el sentido del servicio. Esta es la promesa que encierra su misión.
Para que Moisés formara parte de la misma, debió cumplir todos los requisitos que exige la Universidad de Guadalajara para realizar el servicio social. A eso le sumó un promedio de 80 y un examen psicométrico. Garantizada su estabilidad mental, inició su participación dentro de las actividades en septiembre, mes en el que se efectúan las presentaciones entre niños y tutores y se organizaron ejercicios de integración para que cada individuo del equipo encuentre su binomio perfecto.
Moisés se quedó solo los primeros días, hasta que llegó Fani, una niña que porta una cicatriz en la ceja como tilde de su personalidad traviesa. Los niños reclutados para el programa son de quinto y sexto grados de primaria. Otra condición es que tengan un bajo desempeño escolar o problemas de conducta. Fani va en sexto y dice que sus calificaciones andan en un balancín, donde se divierten el ocho y el nueve. Yo apuesto a que la razón de que ahora estemos sentadas platicando en esta banca, es esa tilde en la ceja.
Al igual que su tutor, son 30 prestadores de servicio los que se benefician de un apoyo económico otorgado por el Programa Nacional de Becas para la Educación Superior (Pronabes). Les dan mil pesos al mes, 10 mil en total por todo el programa. Moisés se delata comentando que él lo aceptó porque tiene que rentar un lugar para quedarse en Ocotlán, donde estudia su carrera, ya que su casa está en Guadalajara.
No es sólo eso. Este chico tapatío cree que su formación como periodista está conectada con el servicio social, porque en ambas labores el objetivo es la formación de masas críticas. Los demás jóvenes son de administración, recursos humanos y psicología, los cuales se han beneficiado mucho del programa porque pueden aplicar en la práctica los conocimientos teóricos que aprendieron en clase.
Fani recuerda que conoció a Moisés antes de entrar al programa. Menciona que estaba en un parque y él iba pasando. El tutor completa la historia: un grupo de niños se encontraba aglutinado alrededor de una víbora muerta. Él la tomó con un par de dedos y correteó a los curiosos, alegando que el animal seguía vivo. A partir de eso un “tú eres quien nos siguió con la víbora” unió al actual dúo dinámico.
Ahora estamos en lo que se llama “la hora individual”, en la que Moisés y Fani se tratan de extraterrestres que intentan conocerse y comprenderse mutuamente. Hablan de cómo le fue a Fani en las fiestas, y de la pizza que comió en navidad y noche vieja. En este espacio el tutor aprovecha para dar el regalo que amaneció debajo de su árbol, con una cartita que empieza con el clásico nombre del destinatario antes de dos puntos: ese nombre es el de la niña, que se ruboriza por el presente.
Después viene la actividad grupal. Hay un tema por mes. Puede ser deportivo, educativo o social. En el último ejercicio en equipo hicieron huevos con confeti y otras manualidades que ayudaron a interactuar a los participantes en los primeros días.
Para concluir, Moisés comenta sobre lo que realizarán en un futuro. Está emocionado por llevar a los niños a la sala de lectura, un lugar en Ocotlán donde pueden leer entre representaciones de árboles. También piensa organizar talleres de lectura, teatro y deportes.
Fani, al preguntarle qué le gustaría aprender en Peraj-adopta un amig@, responde de forma irreductible: “Quiero que me enseñen a andar en patineta”.
