Una ley para el desarrollo regional

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El responsable de la oficina de Políticas públicas de la Presidencia de la república, Eduardo Sojo Garza-Aldape, es uno de los convencidos sobre las bondades de la toma de decisiones en forma regional.
De acuerdo con Sojo, para que no se vea truncado el futuro de las cinco mesorregiones que componen el país, presentarán al poder Legislativo federal una iniciativa que hará realidad los proyectos, sin importar la opinión contraria de un gobernador o incluso del propio presidente.
Entrevistado por Gaceta Universitaria en su más reciente visita a Guadalajara, dijo que el gobierno federal, por medio del poder Ejecutivo, trabaja para que las decisiones sean tomadas en forma coordinada y regional, a partir de necesidades particulares, pues no tienen las mismas carencias la región sureste que la norte o la centro occidente.
Los avances más significativos se dan en el reglón de infraestructura, con la participación activa de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) y las delegaciones que la conforman.
“Esta misma iniciativa de la CMIC ahora es retomada por otras organizaciones, como la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), que también está tratando de armar su planeación a largo plazo a partir de las mesorregiones”.
Así, en materia de infraestructura las obras deberán planearse con una visión de largo plazo, a fin de beneficiar a los habitantes de cada una de las regiones.

Para que las obras no se trunquen
Eduardo Sojo explicó que a iniciativa de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), junto con la Comisión de desarrollo regional del Senado de la república, presidida por el legislador Carlos Rojas, “estamos buscando la forma de institucionalizar el desarrollo regional, para que ya no sea por voluntad política (que se tomen las decisiones) sino que exista un marco jurídico”.
Es necesario legislar en la materia porque “hemos visto una extraordinaria voluntad política de los gobernadores y por parte del gobierno federal, pero la arquitectura institucional en el desarrollo regional es muy frágil, puede haber un gobernador que por su autonomía diga: ‘esto no me interesa’, o el propio gobierno federal puede decir: ‘esto no es de mi interés o de mi incumbencia’”.
–¿Y qué tan avanzados están?
–Hay grupos de trabajo en la oficina de Políticas públicas, en el Senado de la república y en la Conago, para presentar una iniciativa al poder Legislativo a fin de incluir esta nueva modalidad de desarrollo regional, con cambios, en principio, a la Ley de planeación, la Ley del presupuesto de egresos y la Ley orgánica de la administración pública federal.

Un paso para la descentralización
La región centro occidente del país posee un enorme potencial económico, social, político y cultural, el cual puede y debe ser aprovechado para un mejor desarrollo con niveles más altos en la calidad de vida de sus cerca de 23 millones de habitantes (2001).
El coordinador de investigación del Departamento de Geografía y Ordenamiento Territorial, de la UdeG, Andrzej Zeromski, expresó que si bien no conoce a detalle la propuesta para esta iniciativa opinó que una ley que permita fortalecer el desarrollo regional a partir de la infraestructura “es urgente y necesaria”.
Zeromsky agregó que una gran oportunidad vendrá con el Fideicomiso para el desarrollo de la región centro occidente (Fiderco):
“Sería el primer paso para una paulatina descentralización, lo que significaría el fomento del desarrollo, al reconocer las fuerzas endógenas del mismo. Esto es precisamente lo que se busca lograr con las políticas regionales”.
El modelo macroeconómico que se aplica en el país, dijo, permite un equilibrio general en la economía. Sin embargo, “en un nivel regional se debe hacer un esfuerzo hacia una paulatina descentralización, lo que implicaría una mayor colaboración entre los estados, y un desarrollo más dinámico”. Desde el punto de vista del catedrático, la descentralización resulta indispensable, pues ello impulsaría el fortalecimiento de las regiones.
Todas las zonas del país cuentan con características propias en las que se identifican fortalezas y debilidades. No obstante, apuntó, los indicadores muestran que la región centro occidente posee un gran potencial de crecimiento, y para su desarrollo integral se requiere la colaboración horizontal entre los nueve estados que la componen.
Convencidos de regionalizar proyectos
El presidente de la CMIC Jalisco, Héctor Manuel Castellanos Frank, coincide en que la región centro occidente es una de las zonas geográficas del país con mayor potencial.
Se trata de nueve estados, más de 20 millones de habitantes y 650 proyectos que detonarán el desarrollo de la nación, que en esta región será “a través de rubros productivos como son industria, turismo y comercio”.
La región centro occidente es rica en su cultura, aporte político y social, así como situación geográfica, lo cual la vuelve estratégica y atractiva para las inversiones locales, nacionales y extranjeras.
  “Contar con una visión regional nos llevará por ende a trabajar en una visión global de largo alcance, con proyectos de infraestructura definidos que no se vean truncados por las diversas corrientes que cada trienio o sexenio reinventan el hilo negro”.
  Castellanos Frank dijo que una prueba contundente de la importancia de las regiones se observa en el poderío de la mayoría de los países europeos. En las naciones que hoy forman parte del llamado primer mundo, su fortaleza radica en la regionalización con una proyección internacional.

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