Un amargo panorama

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    La sobreproducción, los nuevos impuestos en bebidas endulzadas y las políticas de libre comercio que propician la importación, complican, por quinto año consecutivo, el panorama en la industria azucarera y el sector productivo de caña en México.

    La cifra de producción de azúcar del año pasado se sitúa en un aproximado de siete millones de toneladas, una cantidad superior en casi dos millones a la demanda que existe en el mercado nacional, lo que representa una baja significativa en los precios para este año.

    Para dar solución a este problema, según informó la agencia Reuters, productores del país esperan que algunas plantas azucareras frenen su producción y de esta forma equilibrar la oferta y la demanda del producto.

    En la región Valles se encuentra uno de los ingenios productores de azúcar más importantes del país, ubicado en el municipio de Tala. En éste se procesa casi la totalidad de la caña cosechada en la región, sembrada en un aproximado de 40 mil hectáreas.

    “Siempre el campo es el más afectado, estos fenómenos apagan la región, porque el sector cañero es el que le da vida. Estamos hablando de  15 municipios involucrados en esta actividad. Nada más en lo que se refiere al ingenio de Tala, en el sector productor se dejaron de percibir cerca de 450 millones de pesos”, informó Enrique Meza, representante de la Unión de Cañeros del municipio.

    Impuestos y mercado desleal
    El de los nuevos impuestos fue tema de debate desde el año pasado en la industria azucarera, pues el aumento de un peso en el precio de las bebidas azucaradas, informaron distintos actores, desalienta su consumo y en conjunto con las políticas de libre comercio, propician la importación de otros productos endulzantes como la alta fructosa.

    Israel Antonio Gómez Juárez, presidente de la Asociación de Técnicos de Azucareros de México (ATAM), declaró en la última reunión del gremio que el sector se encuentra en crisis y que deben encontrarse otras maneras de comercializar con la caña de azúcar, como para la producción de etanol y la utilización del bagazo en la generación de energía.

    Al respecto, el presidente nacional de la Unión Nacional de Cañeros A.C., Carlos Blackaller Ayala, manifestó en un comunicado que con el impuesto instaurado este año se tendrá que buscar mercado para una cifra de entre 250 y 300 mil toneladas de azúcar.

    “El gravar las bebidas azucaradas traería consigo que los industriales cambien de insumo a edulcorantes más baratos y, en su mayoría, importados, como lo es el jarabe de maíz de alta fructosa, en detrimento de la agroindustria mexicana”.

    Llueve sobre mojado

    En la región Valles de Jalisco la situación se complica aún más debido a los periodos extraordinarios de lluvia ocurridos a finales del año pasado y principios de éste, ya que el exceso de humedad impide la quema de la caña, interrumpiendo por tres semanas el proceso de zafra iniciado en el mes de diciembre.

    La siembra de caña constituye la principal actividad agrícola en la región, por lo que los ingresos de familias de más de 15 municipios se vieron afectados en plena temporada navideña y arranque de año.

    Ese fue el caso de Julio Ortiz, cortador de caña de la región, quien no recibió pago durante esos días debido a las jornadas que fueron suspendidas. Con su paga, que llega hasta 200 pesos al día, tenía pensado hacer compras, así que para sobrellevar esos gastos tuvo que pedir prestado.

    “La zafra es lo único que uno puede hacer, es a lo que nos dedicamos, otras fechas andamos en el maíz o en otras chambas, pero en esos días es lo único que nos mantiene”.

    El representante de la Unión de Cañeros en Tala, Enrique Meza, informó que el retraso de 22 días en el periodo de zafra podría complicar la producción de algunos agricultores si se adelanta el periodo de lluvias.

    “Tenemos un periodo de inicio y uno de terminación, la idea era terminar en los primeros días de mayo, esto afecta al campo en el desarrollo de la planta, porque si la caña dura hasta mayo y aparecen las primeras lluvias, su ciclo se ve afectado. Por tanto bajaría en un 30 o 40 por ciento la producción de lo que se corta en ese periodo”.

    Por otra parte, el también productor dijo que toda el agua que cayó resulta un beneficio para otros, pues se ahorraron algunos riegos con lo que economizaron gastos de producción, energía y mano de obra. Además dijo que la planta puede desarrollarse hasta en 8 o 12 por ciento más.

    Respecto de la situación por la que pasa esta agroindustria, Enrique Meza informó que algunos productores están pensando en dejar de sembrar caña, aun si el problema es que no encuentran una opción mejor.

    “El del maíz, un sector muy golpeado, está  peor que el sector cañero y otras opciones que se escuchan son la chía, el cártamo o girasol. Pero lo que pasa es que cuando se cosecha el producto, no hay a quién venderlo, a pesar de que se habla de que hay contratos, el gobierno debe regular que lo que se siembre es porque hay mercado”.

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