Una comedia japonesa que logró causar impacto -incluso en occidente- en los albores de la segunda mitad de los ochenta. Juzo Itami conjugó elementos como el erotismo y los personajes gánster, para dar forma a una producción cinematográfica en la que el hilo conductor es la legendaria sopa ramen. Situaciones insólitas, casi descabelladas, en las que se produce una reminiscencia hacia el género del western.