“Rogamos den esta nota la máxima difusión”, podía leerse en el boletín de prensa que entregó Tusquets editores a los medios de comunicación durante la Feria Internacional del Libro en Guadalajara 2005.
Adentro del texto, más noticias: “El fallo del Primer Premio Tusquets Editores de Novela, integrado por Alberto Manguel en calidad de presidente, Alberto Ruy Sánchez, Francisco Goldman, Aurelio Major y Beatriz de Moura en representación de la editorial, reunido en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, México (esto último subrayado), el 28 de noviembre de 2005, ha acordado declarar el I Premio Tusquets Editores de Novela 2005… Desierto”.
Así, sin más, el jurado tomó la decisión luego de la carente calidad literaria de las 785 obras procedentes de países como Argentina, que dio unas 300 novelas; México, que participó con poco más de 200; España, con un número mayor a las 250 creaciones; Estados Unidos, con una cifra que rebasaba las 50, y otro puñado de países.
Las preguntas de los medios informativos abundaban: “¿Qué buscaban en las novelas?”, “¿Eso habla de la calidad de novelas que reciben premios como el Planeta u otros?”, o bien, “Nabokov llevó como a decenas de editoriales su obra Lolita, ¿no cree (el jurado) que haya habido alguna de 9.5 de calificación mientras ustedes buscaban un 10 al ruedo?”.
La respuesta, negativa. Ruy Sánchez argumentaba que había faltado una obra “excepcional”, que los atrapara a él y al resto de los jueces. El jurado había leído 21 novelas, todas ellas preseleccionadas. Tres equipos de lectura de México, Buenos Aires y Barcelona, informaba el comunicado, “se encargaron de la exhaustiva selección previa e intercambiaron entre sí sus valoraciones”.
Subrayó además que esto no equivale a “una radiografía de la literatura” de habla española en los tiempos actuales. Pero las respuestas de Ruy Sánchez y del resto del jurado no satisfacían a los periodistas ahí presentes que disparaban pregunta tras pregunta, la mayoría relacionadas con un “bueno, ¿a poco de las 785 no hubo una?”. Solo pedían eso: una que fuera publicable.
Tusquets espera que el próximo año exista una mayor calidad en la competencia. Para ello, en la edición 2006, se otorgarán unos 10 mil euros a dos finalistas.
