Ser hombre o mujer a través de la historia

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    El hombre gallardo, aguerrido y rudo, y la mujer sumisa, doméstica y abnegada, son los prototipos que la sociedad ha impuesto ante lo que se supone debe ser, respectivamente, un hombre y una mujer.

    Estas formas de ser —que son adoptadas como imaginarios a partir del entorno cultural en el que una persona crece— se han transformado históricamente, y para entenderlas e incluso cuestionarlas, sirve conocer cómo estos arquetipos fueron consolidándose desde hace varios siglos.

    Por tal motivo, académicos del Centro Universitario de la Ciénega (CUCiénega), en colaboración con investigadores de El Colegio de Jalisco, realizaron una serie de trabajos con perspectiva de género, los que fueron recopilados en el libro Géneros, permanencias y transformaciones. Feminidades y masculinidades en el Occidente de México.

    “Este libro busca dar a conocer cómo ser mujer y ser hombre está mediado no sólo por cuestiones culturales y sociales, sino también por la historia: no es lo mismo ser mujer en el siglo XV, que serlo en los años noventa o ahora en 2018. La publicación traza un recorrido de larga data, en donde se analizan las formas y experiencias de ser hombre o mujer en el Occidente de México, desde la Nueva Galicia hasta la Guadalajara contemporánea”, asevera la coordinadora de Investigación y Posgrado del CUCiénega, y coordinadora de dicha publicación, Liliana Castañeda Rentería.

    La investigadora afirma que con esto se pretenden evidenciar los significados que la sociedad ha impuesto a alguien a partir de las diferencias biológicas y sexuales.

    “Tenemos un capítulo muy interesante de Laura Alejandra Cruz Hernández, quien trabaja el tema de amor entre mujeres y el travestismo femenino en la Nueva España, en los siglos XVII y XVIII. Ahí se evidencia que el hecho de que una mujer vistiera de hombre en ese tiempo le permitía socialmente tener otro tipo de posibilidades, como propiedades, recursos o economía. Evidenciamos cómo un cuerpo que ‘parece de hombre o de mujer’ dota otro tipo de capacidades que no tienen nada que ver con la biología, sino con cómo nosotros interpretamos lo que es ser hombre o mujer”.

    Expresa que otro capítulo, escrito por Beatriz Bastarrica Mora, analiza las representaciones de la belleza femenina y cómo éstas se traducen en ser considerada una mujer educada, moralmente correcta, que se derivaron en normas sociales de la Guadalajara porfiriana.

    El libro hace un recorrido sobre las consecuencias sociales, jurídicas, culturales y económicas a través del tiempo, que tienen que ver con las formas y relaciones que se van construyendo.

    “Otro texto es el de Cristina Alvizo Carranza, de El Colegio de Jalisco, que trata sobre las representaciones masculinas, sobre lo que es ser hombre después de la Revolución mexicana, sobre cómo se construye un hombre mexicano a partir de la imagen del revolucionario, de Pancho Villa o Emiliano Zapata”.

    Afirma que la idea de ser hombre y mujer durante siglos ha dotado o despojado de posibilidades de desarrollo a los proyectos de vida de cada persona.

    Sobre el hecho de si estos imaginarios prevalecen en nuestro tiempo, Castañeda Rentería asevera que hay ciertas permanencias, mismas que se detallan en la segunda parte del libro.

    “Esteban Lazo hace un trabajo sobre los neomachos, sobre cómo estas masculinidades siguen fincadas y se manifiestan de formas violentas. También aborda cómo el ser hombre no es lo mismo para uno que es de piel blanca y de clase media, que para un indígena o una persona con características físicas o sociales distintas”.

    Asegura que en el caso de las mujeres también hay transformaciones, porque actualmente ya no se limita a dedicarse sólo a las labores domésticas. “También hay permanencias que siguen marcadas culturalmente. El caso específico es el de la maternidad: muchos aún piensan que una mujer nace para ser mamá. Con este texto busca aportar a la discusión”.

    Con base en su experiencia personal, dice que ella asume que estas características son muy específicas del occidente del país, ya que no son igual de importantes en otras zonas del país. “Cada momento histórico, pero también cada sociedad, tiene características con las que se construyen las culturas, que dan sentido a sus masculinidades y feminidades”.

    Esta publicación fue presentada el pasado 7 marzo en el Auditorio Rivas Souza, del CUCiénega y próximamente formará parte del catálogo literario de la Universidad de Guadalajara.

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