Quieren una plaza con identidad

    558

    A pesar de los visos de rehabilitación de que ha sido objeto en meses pasados, uno de los principales problemas que enfrenta la plaza Tapatía es la falta de una imagen que le dé identidad y la acerque a la ciudadanía.
    El espacio suele estar sucio (sobre todo los fines de semana) y carece de seguridad. La presencia de vagos y drogadictos por la zona es constante.
    Por este motivo, y a petición de los empresarios del Centro joyero de Guadalajara, estudiantes del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD), elaboraron un proyecto de mejora, el cual también fue presentado a las autoridades municipales y estatales.
    El coordinador del proyecto, Francisco Torres Trejo, explicó que durante cuatro meses, 13 alumnos trabajaron en el estudio. En un principio el enfoque estaba centrado en la señalética, pero al descubrir la falta de una imagen e identidad propia en el sitio, analizaron la cuestión de manera integral.
    “El proyecto busca un equilibro en toda la plaza, que cada lugar y punto puedan ser identificados con algo. Realizamos diseños especiales para los establecimientos comerciales, fachadas y señalética. Propusimos kioscos, cabinas telefónicas, botes de basura y una forma de mantenimiento integral, para hacer el entorno más agradable.
    “También está también la instalación de monolitos para los monumentos, así como el tipo de información que deberían mostrar sobre las esculturas que ahí existen.
    Hablamos de los boleros, la gente que vende y los uniformes que deben portar para que todo esté unificado”.
    La idea busca que la plaza sea promovida, al igual que una imagen corporativa, tras reforzar los comercios para que, bajo el principio de que el lugar puede alcanzar una fuerza turística importante.
    Para este proyecto efectuaron un estudio de campo a fin de observar las condiciones de higiene y seguridad, así como las características generales del espacio. En forma paralela investigaron el proceso vivido en otras ciudades donde han hecho cambios positivos para la transformación interna de su centro histórico.
    El análisis incluyó una encuesta a los tapatíos, la cual arrojó que la gente no quería un sitio ultramoderno, sino una plaza tradicional, que mantuviera ese esquema.
    Torres Trejo indicó que el primer paso es elaborar e instalar mapas de ubicación, para luego firmar el convenio que dé constancia de que el proyecto fue elaborado por alumnos de la Universidad de Guadalajara.
    “Ahora empezamos a trabajar en un pequeño proyecto sobre la plaza de los Mariachis. Aprovechamos que estábamos metidos en este estudio, además de que está a un costado de la Tapatía. En caso de que alguien lo solicite, podríamos hacer rabajos similares en otras zonas”.
    Una plaza frustrada

    La plaza Tapatía fue inaugurada el 15 de febrero de 1982. El espacio cuenta con una superficie aproximada de 70 mil metros cuadrados.
    Para su construcción destruyeron cerca de ocho manzanas completas, en la cuales había fincas con un importante valor patrimonial, señaló el investigador del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño, Alejandro Ulloa, quien ha analizado la situación del primer cuadro de la ciudad por más de 10 años.
    “De todas esas fincas la única que sobrevivió fue la que ahora alberga las oficinas de la Secretaría de Turismo, dependencia del gobierno estatal. Del total de edificios, entre 20 y 30 estaban considerados como de alto valor patrimonial”.
    Algunos de los inmuebles derrumbados fueron el Coliseo deportivo y la Plaza de toros, entre otras construcciones de los siglos XVIII y XIX.
    La plaza Tapatía, concluyó el investigador, no cumplió con la función para la que fue creada. “Es una plaza frustrada. Tenía un destino comercial, pero fue mal ejecutada”. El espacio carece de continuidad. Antes que un solo nivel que permita la visibilidad y la circulación, tiene subidas y bajadas.
    No es funcional, dijo, y se ha convertido en un paseo cotidiano, pero sin la utilidad original que le fue asignada.

    Artículo anteriorAntojitos ambulantes
    Artículo siguienteInvestigadores del CUCEI