Primavera ardiente

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    Huele a fuego en 2006. Se prevé que las sequías prolongadas, el crudo invierno y los vientos traerán mayor número de incendios a Jalisco.
    El año pasado se apagaron 724 fuegos que devastaron 28 mil hectáreas y posicionaron al estado en quinto lugar nacional por áreas quemadas. Incluso, en lo que va de este año se han presentado dos incendios en el pulmón de la zona metropolitana de Guadalajara: el bosque de La Primavera. Y lo peor, dicen voces expertas, está por venir.
    74 por ciento de los brotes incendiarios en este bosque han sido en marzo de cada año, si bien continúa la susceptibilidad durante abril y mayo. En solo 90 días, el bosque corre el mayor riesgo de consumirse, debido a que la hierba seca sirve como combustible ante las altas temperaturas del clima, aunado al descuido de los visitantes.
    Carlos Félix Barrera Sánchez, director del laboratorio del bosque de La Primavera de la Universidad de Guadalajara, recomendó a la población no fumar dentro del campo y no tirar elementos de vidrio o plástico porque contribuyen a las quemas por el efecto lupa que causa el sol de mediodía. Además, no utilizar motocicletas, que dañan caminos y estresan a la fauna del bosque, y hacer día de campo con los debidos cuidados, es decir, no prender fuego para cocinar carnes asadas. Y a los dueños de predios agrícolas, dar aviso a la autoridad cuando vayan a realizar una quema.
    La población necesita tomar conciencia de que el bosque tarda de 25 a 40 años en recuperarse de un incendio, dada la falta de materia orgánica, lo cual limita el crecimiento de los árboles. “Tardaremos unos 25 años para volver a obtener la cobertura similar a la que tenía antes”.
    Jaime Bocanegra, gerente regional de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), reveló que para la época de incendios cuentan con un helicóptero para monitorear el campo, así como un vehículo con bombas de agua y químicos para apagar el fuego.
    Se tiene previsto también un programa de capacitación contra inclemencias del tiempo. Destinarán, incluso, 350 pesos por hectárea a los dueños de los predios del bosque, con el objetivo de que adquieran las herramientas necesarias para la reforestación.
    Salvador Mayorga Castañeda, director ejecutivo del Comité técnico del bosque, dijo que están listos para combatir los incendios que vienen. Dentro de las previsiones, están las tres mil visitas anuales que realizan los voluntarios, las 300 personas del ejército y la ayuda de otras dependencias como son: Protección Civil, ayuntamientos, la Secretaría de Desarrollo Rural, la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, y la Comisión Nacional Forestal.

    Los devastadores del bosque
    Cada año se pierde cuatro por ciento del área arbolada de La Primavera porque se presentan hasta 60 “eventos”, es decir, tentativas de incendios o fuegos fuertes. A esto se suma que los ayuntamientos y las personas edifican alrededor de la zona protegida.
    El problema es que no existen planes estatales de políticas ambientales que inyecten recursos económicos y realicen planes para la protección del bosque, ante la falta de conciencia de la población y el crecimiento de la mancha urbana. La poca coordinación entre autoridades y los cambios climáticos mundiales son los principales enemigos del bosque, coinciden los especialistas entrevistados.
    El investigador de la UdeG, Carlos Félix, comentó que mientras no se desarrollen planes estatales de preservación del ambiente no se podrá avanzar. Incluso los estados de México, Veracruz, Sonora y Oaxaca nos llevan la delantera en implementar políticas de desarrollo que ayuden a la flora y fauna de la región.
    Asimismo, afecta que los organismos involucrados se ven como autónomos, capaces de hacer todo por ellos mismos, y el resultado es una acción fraccionada, insuficiente para las necesidades del bosque.
    Desde hace varias administraciones, los ayuntamientos y particulares no han respetado la zona de amortiguamiento de La Primavera porque la ley no previene los cambios en el uso de suelo. De esta manera, se construyen obras periféricas que afectan al bosque.
    Solo tres personas trabajan en las tres torres de vigilancia para cuidar las 36 mil 229 hectáreas del bosque, de las que 30 mil 500 fueron declaradas Zona de Protección Forestal y Refugio de la Fauna Silvestre en 1980, reveló Salvador Mayorga.
    En total, el Comité del bosque dispone de 30 personas que cuidan el campo, con un presupuesto anual de cinco millones 500 mil pesos, es decir, 458 mil pesos mensuales.
    “Dos millones de pesos se van a protección, a las brigadas y parte del personal de bosque; otro tanto, para gastos de oficina y mantenimiento de vehículos, y la otra parte, salarios de oficina”.
    Para este 2006 solicitaron al Congreso 11 millones de pesos para adquirir herramientas y contratar al menos diez vigilantes, pero no obtuvieron los recursos. De cualquier forma, lamentó, si no existe una cultura de respeto a las áreas naturales, por más recursos económicos que consigan, la merma del bosque continuará.
    Carlos Félix recomendó cambiar la estrategia en la distribución de los recursos económicos y utilizarlos en áreas de investigación para sustentar el desarrollo ambiental, además de acercarse a otras dependencias para multiplicar recursos y revalorar también los métodos que contribuyen a que la vida silvestre sea más abundante, es decir, implementar recursos artificiales, como bebederos o piedras de sal para ayudar a los animales del bosque.
    En la actualidad, la fauna silvestre está sujeta a un estrés cada vez más alto, por el desplazamiento de vehículos y cazadores. La disponibilidad de alimento y agua es menor, por lo que los animales deben buscar en los asentamientos urbanos y dejan de reproducirse. “Los pájaros carpinteros perdieron los árboles donde estaban anidando. Incluso dejan de reproducirse por buscar la supervivencia”.

    Bosque para todos

    ¿Qué hacer?
    No fumar dentro del campo.
    No prender fuego para cocinar.
    No tirar elementos de vidrio o plástico por el efecto lupa que causa el sol de mediodía.
    No utilizar motocicletas, que dañan caminos y estresan a la fauna del bosque.
    Dar aviso a las autoridades cuando se realice una quema agrícola.

    ¿Cómo participar?
    Reforestaciones.
    Adopta una parcela.
    Saneamiento de cuencas.
    Formación de grupos de vigilantes.
    Los ciudadanos voluntarios.
    Es necesario llamar al 31 10 01 49 o al 31 10 17 15, con Mary Cruz.

    Primavera autorizada
    Por la avenida Mariano Otero, en el kilómetro 5.5, hacia el interior del bosque, se encuentra una caseta de control de ingreso autorizado. La segunda se ubica en el lado norte, por la carretera a Nogales, en el ejido La Primavera. La tercera está en Puente Las Tortugas, por la desviación a Tala.

    Campamentos
    Los campamentos se realizan con el objetivo de que los participantes mantengan un contacto directo con la naturaleza. Si desea acampar, debe llenar una solicitud y enviarla al correo electrónico: mcarrillo@bosquelaprimavera.com.

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