PIFI y Pifop para la UdeG

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    Este año la Universidad de Guadalajara recibió recursos adicionales por parte del gobierno federal, mediante los Programas integrales de fortalecimiento institucional (PIFI) y de Fortalecimiento al posgrado (Pifop).
    Con ello esta casa de estudios se ha hecho acreedora a 63 millones de pesos en el PIFI (siete millones más respecto a 2004). Con el Pifop resultaron favorecidos 17 de maestría, especialidad y doctorado, mientras que el apoyo a otros cuatro programas fue renovado, aunque en este caso aún no se ha establecido el monto.
    Mediante estos recursos la UdeG asegura la oferta a la sociedad de programas de calidad, pues la meta es lograr la inclusión de las maestrías y doctorados en el padrón de excelencia del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
    El Pifop forma parte del Programa nacional de fortalecimiento al posgrado, el cual tiene dos vertientes: el Padrón nacional de posgrado y el Pifop, informó Ruth Padilla, coordinadora general académica.
    “El Pifop va en su segunda versión. La primera convocatoria fue publicada hace dos años; la segunda en 2004. Entregamos información a la Secretaría de Educación Pública en agosto y el señor Rector presentó la defensa de los 21 programas que fueron candidatos a ingresar al Pifop durante octubre. Hoy tenemos los resultados de un proceso que inició en los centros universitarios, conducido, apoyado y asesorado por la Unidad para el desarrollo de la investigación en el posgrado (Udip).
    “Así, 17 programas de la Universidad fueron aprobados a partir del 1 de enero de 2005, lo que significa que gozarán de dos beneficios. Por un lado contarán con becarios al programa, es decir, los 17 nuevos programas se incorporan a los ya existentes para que los estudiantes, hayan sido o no miembros de la Universidad antes, reciban becas. Además obtendrán recursos económicos para mejorar las áreas que los propios centros universitarios hayan señalado con relación a cada programa”.
    En forma paralela la Universidad establece una compensación equivalente (uno a uno) por cada recurso que el Conacyt otorgue a los centros universitarios. Mediante este apoyo institucional se busca que los 17 programas recién aprobados, y los cuatro que ya habían sido apoyados en la versión anterior del PIFI, puedan estar en condiciones de obtener la acreditación del Padrón nacional de posgrado a más tardar en 2006.
    “La Universidad cuenta en este momento con 180 programas de posgrado, de los cuales hay que descontar 54 especialidades médicas, cuyo tratamiento es diferente. Nuestro porcentaje de programas apoyados anda por el 25 por ciento.
    “Sin embargo, consideramos que a lo largo de 2005 y llegando a enero de 2006 el número de programas de posgrado que permanezcan en la institución se reduzca a la mitad. Cuando disminuya la cantidad e ingresen nuevos programas el próximo año, esperamos que alrededor del 40 o 50 por ciento entren a un programa de reconocimiento de calidad”.
    La coordinadora general académica indicó que lo más importante para esta casa de estudios es la capacidad de otorgar becas, porque si bien son necesarios recursos que provean a los posgrados de las mejores condiciones para su impartición (a lo que la Udip asegura un presupuesto), resulta vital apoyar económicamente a los estudiantes, quienes podrán participar en la convocatoria del Conacyt para sumarse a los 197 alumnos que ya están becados en programas de excelencia.
    Además del apoyo financiero, los beneficios del PIFI y el Pifop para la Universidad de Guadalajara se traducen en reconocimiento, pues vuelve patente la elevación de los niveles de calidad en los posgrados que imparte. Los resultados están a la vista. Representa, añadió, la posibilidad de que los programas continúen vigentes por medio de los estudiantes becados.
    “A más indicadores de calidad más presupuesto puede conseguir la UdeG. El apoyo significa también que tendremos cada vez más miembros en el Sistema nacional de investigadores, más reconocimiento para los cuerpos académicos, más espacio para que nuestros investigadores de excelencia puedan trabajar en la docencia, en la formación de recursos humanos a nivel posgrado, y brinden tutoría a más estudiantes. Es un cúmulo de beneficios que la Universidad recibe”.

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