Obras de nunca acabar

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    Ya no sorprende el caos que se origina alrededor de cada obra vial que emprenden los ayuntamientos en la Zona Metropolitana de Guadalajara, es siempre lo mismo: embotellamientos, rutas alternas mal trazadas y mal señalizadas. En consecuencia, conductores que manejan como locos sin respetar al peatón o al ciclista.

    En particular se nota la urgencia del Ayuntamiento de Guadalajara por terminar la repavimentación de algunas calles antes de las elecciones de este año, pues no les importó que se juntaran con las obras del tren ligero, que de por sí ya eran una molestia para esta parte de la ciudad.

    No se trata de quejarse por quejarse, pero tampoco de justificar el desorden diciendo que es por el bien de la ciudad, cuando lo ideal es que las obras sí se hagan, pero bien planeadas.

    Y es que tal desorganización no sólo afecta a los automovilistas, sino a los usuarios del transporte público que ya no hallan dónde tomar el camión, y las autoridades se excusan poniendo una que otra lona y publicando unos gráficos mal hechos en internet, al que por cierto, no todos tienen acceso.

    Parece la historia de nunca acabar con estos políticos que lo único que les importa es tener qué presumir en sus campañas electorales.

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