Gorditos y contentos: ¿cuántas veces no hemos escuchado eso? Me pregunto si alguna vez dejará de circular esa enorme contradicción. Si hay alguien que no es feliz, es una persona con sobrepeso u obesidad. Hipertensión, fatiga, dolor en las articulaciones y diabetes son algunas de las múltiples complicaciones que desarrollan a lo largo de su vida. Qué decir de la presión social y el rechazo contra el que tienen que lidiar a diario en la escuela, el hogar o en su trabajo. ¿Dónde quedaron los gorditos felices?
No, los gorditos no son felices. Algunos de ellos viven en los hospitales, luchando a diario por encontrar una salida a su enfermedad. Otros creen tener todo bajo control, pero la verdad es que de un momento a otro las secuelas llegarán a alterar su ya débil organismo y cuando toman acciones, resulta demasiado tarde.
Una mala educación, publicidad abundante y los cambios en el ritmo de vida nos han llevado a que en México, una de cada tres personas fallezca por una enfermedad cardiaca. ¿Qué le espera a un país con más de cuatro millones de niños obesos? Tratemos de evitarlo.