Once directores se rodean de actores de primera fila para realizar cortos con un marco común: Nueva York. En la pantalla grande se ha inmortalizado la ciudad de cientos de maneras distintas en miles de películas. Pero ahora se abre a la metrópoli una nueva ventana, variada, libre de prejuicios, enteramente a través de los ojos del amor; del amor en todas sus variedades, desde el primer amor hasta el amor recordado. A cada uno de los once realizadores se le proveyó inicialmente de un puñado de normas sencillas para sus guiones, entre éstas: cada historia tenía que identificarse visualmente con uno o más barrios de Nueva York.
