Moscas en el Musa

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    El ¡crash! que suena al aplastar un insecto. El líquido extraño que sale de su cuerpo, su consistencia acuosa, llena de manchas de colores. Esa sensación de muerte puede ser también la de cambio. El proceso de metamorfosis que sucede en una vía inexplicable para los hombres es para Luis Moro una metáfora artística, un significado de la vida, simplificado en un momento y complejizado en la estructura de ese organismo destruido, modificado, reconvertido.
    El Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara (Musa) presenta la exposición Paraísos elementales del pintor español Luis Moro, en la que la conjunción de insectos y los cuatro elementos se transforman en una muestra de 63 piezas que se plasman en infografías y técnicas mixtas sobre papel, lienzo, lona y tela.
    En el marco de la Feria Internacional del Libro, que tiene como invitada de honor a la provincia de Castilla y León, el segoviano Moro presenta en Guadalajara dos exposiciones más: Microcosmos, que será exhibida en el Espacio de Arte de Televisa y Papaluapan, en el Club de Industriales de Jalisco.
    Moro muestra estructuras internas y externas que muchas veces pasan desapercibidas: animales e insectos con conviven con los seres humanos diariamente. Esas estructuras, tanto como material equivalente a las vísceras de un insecto así como el esqueleto de un pez, en donde el espinazo simboliza la podredumbre, putrefacción del único desecho visible que quedó de él, son algunos de los tópicos que le apasionan al pintor.
    Este artista plástico se interesa en retratar el mundo de los animales desde hace más de 20 años. En esta serie el artista plástico se enfoca al mundo de los insectos que son el 70 por ciento de los seres vivos del planeta. El aire es el elemento principal de la muestra, ya que allí se suceden la mayoría de las vidas —y muertes— de los insectos que pinta.
    Hay algo de la naturaleza que no se podría apreciar sin la ayuda de la tecnología. Las manchas con figuras diminutas que sólo se pueden observar a través del microscopio, son ahora parte del cuerpo en constante metamorfosis y se plasman en el lienzo para formar una pintura que explaya las diversas partículas que forman su organismo. El artista lo logra a través de estrategias como pintura sobre texto, esferas que sobresalen del cuadro y materiales con relieve.
    En un cuarto oscuro, la instalación de Moro se encuentra viva, minimalista, austera y llena de sombras. Lámparas que retratan en la pared probablemente el mismo hipocampo de bronce sobre aluminio que forma parte de la exposición de pinturas, fuera de ese cuarto. Es un ser vivo, casi mitológico, pero Moro lo incluye como necesitando esa dosis de irrealidad ante tanto cambio natural que se produce en el aire con los insectos.
    La estética de la vida en hermosas alas de mariposas o patas de un verde brillante de grillos… la otra belleza de la transformación natural y la mutación de sus cuerpos. Para Moro la existencia de la vida tiene una dosis de realidad que es más desteñida que la existencia del cambio que es explosión de colores.
    Luis Moro nació en Segovia, España y reside en México desde hace dos años. Es artista plástico y su trabajo se ha difundido en más de 70 exposiciones tanto individuales como colectivas, en España, Portugal, Italia, Francia, Bélgica, Alemania, Corea del Sur, Canadá, Cuba y México. La muestra permanecerá vigente hasta el 16 de enero, en el MUSA (López Cotilla 930).

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