El autor de una obra goza de derechos morales y patrimoniales. Los primeros le permiten el reconocimiento, respeto y divulgación de la misma y los segundos obtener el beneficio económico de ésta.
Estos derechos son regulados a nivel internacional por el Convenio de Berna, El Tratado de la OMPI (Organización Mundial de Protección Intelectual) y en México por la Ley Federal del Derecho de Autor. Sin embargo, este tipo de legislaciones se han visto rebasadas por las nuevas tecnologías como el internet, ya que se ha convertido en una amenaza para los derechos autorales, pues difícilmente se puede obtener un control en la descarga digital, generando un daño irreparable para el autor.
Al respecto, la especialista Xalabarder en su artículo “Derechos de autor: ley aplicable y jurisdicción competente en la era digital”, realiza los siguientes cuestionamientos: “¿Cuál es la norma que se aplicará para sancionar a quien infringe un derecho de autor en las publicaciones digitales? ¿En dónde se aplicará la sanción, en el país donde se violó el derecho de autor o en el país de residencia del autor o en ambos?”.
Es por ello que el autor debe preguntarse al ceder sus derechos a una editorial, “si está dispuesto a sacrificar sus derechos patrimoniales y morales”, ya que no existe garantía de salvaguardarlos. Por lo tanto es importante que se asesore con un abogado especialista antes de tomar dicha decisión.
Ante esta realidad, resulta inminente que los países se pongan de acuerdo para lograr un criterio internacional con relación a este tema, generando la certeza en el autor de ver protegida su obra y evitar que sigan siendo violentados sus derechos por medio de las nuevas tecnologías en un futuro.
