Lejos del control de la SC

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El Consejo Estatal de la Cultura y las Artes de Jalisco (CECA), buscará por todos los medios dinamitar la relación simbiótica que en la actualidad sostiene con la Secretaría de Cultura de Jalisco (SCJ), para ejercer con libertad y sin ataduras una de las funciones prioritarias con la que desde sus orígenes fue concebido: formular las políticas públicas culturales del estado y sean ejecutadas sus recomendaciones sin cortapisas ni pretextos.
Dado que el CECA no tiene presupuesto propio y está a merced por completo del humor de las autoridades de la SCJ, incluso hasta para comprar un lápiz, tiene dos opciones: o lisonjear a los funcionarios y aplaudirles todas sus diatribas o hacerle las criticas pertinentes conforme marca el reglamento mismo bajo el cual se rige el CECA, aún y cuando con esto tenga que pasarse el resto del año sin presupuesto, señala su presidente Martín Almádez. “Tener el papel de ser el organismo que evalúa, y a la vez el que requiere recursos de a quien evalúa, complica una situación que la vuelve poco ética e incómoda, que luego se presta a otro tipo de ajustes por parte de la autoridad. La ley nos obliga a que evaluemos la labor de la SCJ, pero ésta es la que nos provee de recursos económicos. Así que dar una evaluación justa, realista, y hasta no conveniente a los intereses a la SCJ, repercute en el otorgamiento de recursos, en algunas ocasiones de manera explícita y en otras de manera tácita”.
Es por eso que para Martín Almádez una necesidad primordial del CECA es cortar el cordón umbilical con la SCJ, “porque es la manera como puede tener mayor libertad y autonomía, pero, sobre todo, una autoridad moral. No queremos desconocer y somos respetuosos con la jerarquía, pero si por ley estamos obligados a evaluar el trabajo de la SCJ, lo primero que tenemos que hacer es no depender de ninguna manera y muchos menos financieramente del organismo al que tenemos que evaluar, por sanidad cívica y por respeto a nuestra función como consejeros”.

La mecha y la dinamita
Martín Almádez explica que cuando era titular de la SCJ Sofía González Luna, la relación fue difícil porque “ella era poco leída en el asunto, intransigente, hacía homenaje a la estulticia en cuanto a su participación en cultura”, pues “trabajó en obstruir los avances en el organismo”. Pese a ello, “el CECA se dio a conocer y logró acercarse a la comunidad cultural”.
Agrega que la relación con el actual secretario de cultura, Alejandro Cravioto Lebrija, ha sido de mucha “diplomacia”, “acuerdo”, “diálogo”. Y pese a su poca asistencia a las sesiones del CECA, los acuerdos, aunque lentos, han fluido de tal manera que “se ha tenido una administración llevadera y respetuosa”.
Pese a lo anterior, Martín Almádez señala que la descentralización es sustancial, ya que de poco sirve que el CECA proponga, sugiera, haga estudios de campo, detecte las necesidades de la comunidad cultural, si luego estas propuestas no son consideradas. “Esto puede o se ha vuelto una relación perversa, de ahí la necesidad de ser autónomos absolutamente”.
Explica que el motivo de la existencia del CECA no es tanto ejercer el millón 378 mil de pesos anuales destinados a becas para los artistas, sino que las decisiones en cultura en Jalisco sean tomadas por la ciudadanía. “En ese sentido no pecamos de ingenuidad si insistimos en descentralizar este organismo. Estamos obligados a obedecer una demanda ciudadana. El CECA ha logrado mucho, pero no ha conseguido lo más importante: dejar en manos de los ciudadanos la decisión de las políticas culturales, que sólo puede lograrse con la descentralización”.

La Ley nació muerta
Para el fundador del CECA, y secretario técnico de la SCJ en 2000, Juan Carlos Ramírez Aguilar, la descentralización de este organismo es un asunto impostergable, ya que únicamente con la autonomía de este consejo podrá impulsarse de manera definitiva a los artistas en la entidad.
Explica que cuando fue formulada la Ley de Cultura de Jalisco, en el año 2000, implicó una gran consulta ciudadana. “Recuerdo que una preocupación reiterada por parte de los artistas era ‘democratizar la cultura’, ya que hasta ese entonces el titular de la SCJ tomaba todas las decisiones”.
“Así fue que formamos el CECA. Me tocó coordinar esos trabajos y redactamos la Ley de Cultura. La Ley fue aceptada por unanimidad. Sin embargo, al ser enviada para su publicación, la vetó el gobernador Alberto Cárdenas Jiménez. Fue algo inaudito, porque por vez primera en la historia del Congreso una ley había sido bloqueada. El argumento en contra: que el CECA aparecía como organismo ‘descentralizado’”.
Ramírez Aguilar señala que ante la cerrazón de las autoridades, fue inevitable aceptar cambiar el concepto original “descentralizado” por “desconcentrado”. “El argumento fue que ‘el gobierno tenía que controlar la gobernabilidad del aparato del estado, y si permitían que todas las instituciones se independizaran, pues ya no habría ninguna gobernabilidad’”.
Añade que como todo organismo, el CECA fue pensado de manera positiva, sobre todo porque vendría a coadyuvar a la SCJ en calificar los proyectos, en asesorar a cada una de las comisiones de cultura, en que hubiera una constante retroalimentación y, por supuesto, con la obligación de hacer una crítica si el caso lo requiriese. “Si hay una buena relación entre ambas partes, va a haber un buen presupuesto; en caso contrario, puede que los presupuestos no sean tan buenos, lo cual no debiera ocurrir”.
Explica que un Organismo Público Descentralizado (OPD) tiene presupuesto y patrimonio propio. Si el CECA recibiera un presupuesto anual tendría una chequera propia, claro, vigilada por Contraloría y todos los órganos de fiscalización, pero no estaría a expensas de la SCJ como lo está ahora.
“Como ejemplo de lo anterior basta revisar el presupuesto del CODE Jalisco (Consejo Estatal para el Fomento Deportivo y el Apoyo a la Juventud), que es una equivalencia del CECA en deportes. Ellos tienen un presupuesto multimillonario y no tienen ningún problema. ¿Si el CODE tiene toda la confianza de las autoridades, además de que rinde tan buenos resultados, porqué no hacer lo mismo y tenerle toda confianza al CECA?”.

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