Justicia a la mexicana

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    En México todos pueden ser culpables, aunque demuestren lo contrario. Basta caer en manos de policías arbitrarios y jueces incompetentes para que ocurra. Eso muestra el documental Presunto culpable, estrenado el 18 de febrero en diferentes salas de Guadalajara.
    A través de la historia de José Antonio Zúñiga Rodríguez, dos abogados, investigadores del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), Roberto Hernández y Layda Negrete, desnudan al sistema de justicia mexicano y muestran sus deficiencias.
    José Antonio Zúñiga Rodríguez fue condenado a 20 años de prisión por un crimen que no cometió. Lo acusaron de matar a un joven en una riña callejera. De nada sirvió tener coartada. El domingo de la tragedia trabajaba en un tianguis de Iztapalapa. Así lo confirmaron numerosos testigos, pero las autoridades sólo hicieron caso a las afirmaciones del primo de la víctima, quien señaló a Antonio como el culpable. Al parecer las declaraciones de este testigo fueron inducidas por los policías.
    El caso parece inspirado en un chiste de judiciales. Lo triste es que sí ocurrió. El lunes 12 de diciembre de 2005, Antonio fue detenido por tres elementos policiacos. No tenían orden de aprehensión. Tampoco dieron a conocer sus derechos al joven de 26 años, cuyo delito fue habérselos cruzado en su camino, justo cuando estaban inmersos en una investigación.
    Los errores en el proceso fueron muchos. Además de tener coartada, el joven no presentó vestigios de pólvora, lo que evidenciaba que él no había disparado un arma. La policía no investigó si sus huellas dactilares estaban en la escena del crimen. Además, el retrato hablado no coincidía con las características físicas de Antonio.
    Antonio pasó dos años y medio en la cárcel y hubiera salido tras dos décadas de encierro si no intervienen Roberto Hernández y Layda Negrete, quienes decidieron ayudarlo. Ellos tenían 10 años recopilando información sobre el sistema de justicia en México. A sus esfuerzos se unió Rafael Heredia, amigo de los dos y abogado penalista que aceptó defender a Antonio sin cobrar.
    Para el penalista no resultó fácil sacar a Antonio de la cárcel. Los investigadores lograron que se abriera un juicio, pero al frente estaba el juez que antes lo había condenado. De nada valieron las pruebas en pro de la inocencia del joven. Lo sentenciaron a 20 años de prisión una vez más. El abogado defensor después de apelar a un tribunal superior logró la revocación de la sentencia condenatoria.

    Largometraje galardonado
    El caso de Antonio motivó a Roberto Hernández (director y productor) y Layda Negrete (productora) a realizar el documental Presunto culpable, que ya fue mostrado en 20 festivales de cine y obtuvo 15 galardones, entre éstos, el premio del público al mejor largometraje documental en Los íngeles Film Festival (2010), el premio al mejor documental Madrid (2010); en la misma modalidad en el Festival Internacional de Cine en Morelia (2009) y premio por mejor documental en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara (2010).
    Los investigadores, metidos a improvisados cineastas, conocieron al joven de manera fortuita. El primer contacto lo tuvieron con familiares y la novia de él. Siguieron las visitas al reclusorio y llamadas telefónicas.
    La cámara fue un testigo importante en la historia, ya que grabaron los juicios, sentencias y las confesiones de jueces, policías y testigos. El objetivo del documental es lograr un cambio dentro del sistema de justicia mexicano.
    Las tomas permiten ver la suciedad e insalubridad de los reclusorios mexicanos y el hacinamiento en que viven los presos. El altero de archivos olvidados evidencia una realidad que viven cientos de personas sin voz y cuya culpabilidad seria difícil de asegurar bajo estas ineficiencias.
    En total filmaron 350 horas de material. Lo complicado fue reducirlo a 90 minutos. El director inglés Geoffrey Smith dio ritmo a las imágenes y a la narración, con el objetivo de interesar a los espectadores y atraparlos con la historia de Antonio Zúñiga. Él es compositor de tres canciones que forman parte de la banda sonora de la película. Entre éstas, Iztaparap. Pueden encontrarse en el sitio http://www.presuntoculpable.org.
    Las ganancias de la exhibición serán donadas a la Fundación Renace, que tiene como misión defender a las personas de bajos recursos económicos procesadas injustamente.
    El documental logra poner en los zapatos de Antonio al espectador. Éste llega a identificarse con el personaje, ya que en México cualquiera puede pisar la prisión, aunque sea inocente, y más si no cuenta con recursos económicos para contratar un buen abogado. Antonio tuvo suerte, sin embargo hay muchos que no.

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