Gabriel Flores en bronce

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    Los restos del pintor tapatío Gabriel Flores (Guadalajara, 1930-1993) descansan ya en la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres. No solo eso, una estatua, en la que Flores lleva en mano un pincel, se yergue junto a la de otros jaliscienses, como José Clemente Orozco, el Doctor Atl y Agustín Yáñez.
    Alrededor de las 11:00 horas, el carro que trasladaba los restos de Flores arribó al recinto ubicado en avenida 16 de septiembre, entre Independencia e Hidalgo.
    Cerca de 300 personas, entre ellas el Rector general de la Universidad de Guadalajara, José Trinidad Padilla López; el gobernador de Jalisco, Francisco Ramírez Acuña; el presidente municipal de Guadalajara, Emilio González Márquez; el presidente municipal de Zapopan, Arturo Zamora Jiménez; el presidente de El Colegio de Jalisco, José Luis Leal Sanabria; el presidente del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, Manuel Higinio Ramos, y la viuda del artista, Nina Casillas de Flores, se dieron cita para brindar homenaje a uno de los más destacados pintores jaliscienses de la segunda mitad del siglo XX.
    Como primera parte del acto, la señora Nina Casillas, Francisco Ramírez Acuña y la hija del ilustre jalisciense, Gabriela Flores Casillas, develaron la estatua del muralista, realizada por Miguel Miramontes.
    Enseguida, el presidente del Congreso estatal, Juvenal Esparza Vázquez, leyó el decreto 20252, fechado el 8 de julio de 2004, que dispone: “se eleva a la calidad de Benemérito ilustre del estado de Jalisco al pintor y muralista Gabriel Flores García”.
    En su discurso, el presidente de El Colegio de Jalisco, José Luis Leal Sanabria, se refirió al trabajo de Flores más allá de su valor estético. “Es necesario que encontremos el sentido verbal, el valor comunicativo, el mensaje que encierra su trabajo, la preocupación social que le movía a plasmar el trazo que develara los pesares del pueblo mexicano azotado por la pobreza, la injusticia y la discriminación”.
    Francisco Ramírez Acuña dijo que los pobladores de este estado le otorgan al artista “un lugar en el corazón de esta gran ciudad y un recuerdo en la memoria de todos los jaliscienses”.
    Hacia las 11:30 horas, los restos de Gabriel Flores fueron depositados en una urna y autoridades universitarias, estatales y municipales montaron una guardia de honor.
    Muralista de la inconformidad social

    Antes de que sus restos descansaran en la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres, el muralista universitario Gabriel Flores García recibió un homenaje en el paraninfo Enrique Díaz de León, de la Universidad de Guadalajara.
    Los restos llegaron al paraninfo la mañana del martes 19 de julio, después de las 9:00 horas. Recibió guardias de honor por parte de funcionarios de esta casa de estudios, familiares, amigos y excompañeros académicos de la antigua Facultad de Artes Plásticas.
    Flores García, un socialista y comunista confeso, ahora reconocido por el gobierno de Jalisco, realizó 18 murales en los que proyecta su repulsión y protesta contra la cultura oficial. Su visión pesimista, amarga, desolada y escéptica de la realidad, es proyectada en su trabajo distribuido en diversos edificios de Guadalajara, Jalisco, Michoacán, Cuernavaca y el Distrito Federal.
    Expone los problemas humanos, económicos, políticos y religiosos, con el gusto por la deformación y lo grotesco, con la intención de entrever una sociedad en descomposición, dijo su amigo y también pintor, Francisco Aceves, durante la ceremonia de homenaje.
    “En 1951, formó, junto con Guillermo Chávez Vega e Ignacio Martínez, el Frente neorrealista de Jalisco. Buscaban el compromiso social del artista, cobrar conciencia, comprometerse y tener una responsabilidad ante los demás. Señalaron su preocupación por recobrar la función social del arte y dar a este su lugar en el cuerpo social”.
    El Rector general de la UdeG, José Trinidad Padilla López, destacó que el muralista tapatío defendió sus ideales y proyectos con limpieza, honestidad, agudeza crítica y lealtad.
    “Gabriel Flores ha entrado en la historia del arte universal asociado a las figuras de José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros. Forma parte de esa generación de artistas que nunca se apartaron de su arte ni claudicaron de sus principios teológicos”.
    La hija del muralista, Gabriela Flores, dijo ante los asistentes al paraninfo que su padre fue un ser humano “en toda la extensión de la palabra”. Recordó que era “un gran lector, gustador de vinos y un individuo preocupado por su entorno social”.
    El tapatío Gabriel Flores murió el 14 de diciembre de 1993. En su tiempo fue opacado por la obra de los también muralistas José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros. Sin embargo, hoy se integra oficialmente a la escuela mural revolucionaria de México.

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