Familias truncadas

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Hace seis años, Geovanny Díaz, originario de Jalisco, cruzó la frontera de Estados Unidos por Mexicali, Baja California, de manera ilegal. Pagó tres mil dólares (cerca de 40 mil pesos) a un “coyote” que tenía fama de haber ayudado a pasar del otro lado a muchos de su pueblo.

Su esposa Raquel Uribe lo siguió meses después, contactándo a la misma persona. Ella pagó cerca de 20 mil pesos, cruzó por Tijuana con una identificación que el “coyote” le facilitó. El documento era auténtico pero ajeno, pertenecía a una mujer que se parecía mucho a ella, según narró.

A los siete meses de residir en la ciudad de Moorpark, California, tuvieron a su hijo Emilson —al momento de cruzar la frontera Raquel tenía ya dos meses de embarazo—, quien nació con una enfermedad cerebral de tipo degenerativa, por lo que a la fecha depende al cien por ciento de los cuidados que ellos le dan.

Actualmente, como pasa con millones de indocumentados que viven en Estados Unidos y que han tenido hijos en aquel país, esta pareja vive con el temor de ser detenida y deportada a México, con la obligación de separarse de Emilson, cuyo nombre la madre lleva tatuado en un brazo.

“Imagínate qué sería de nuestro hijo sin nosotros, necesita terapias todos los días, necesita que le demos de comer, que lo bañemos y cambiemos”, dice la mujer.

Aunque el estado de California permite que familiares cercanos puedan hacerse cargo del menor, ellos son conscientes de que con sus condiciones de indocumentados, difícilmente alguien podría hacerlo, por lo que el niño tendría que ir a un centro de crianza temporal.

El tema de la separación familiar causada por la deportación de padres indocumentados que tienen hijos nacidos Estados Unidos, se reavivó con la discusión sobre los menores que viajan solos para cruzar la frontera.

El 16 de julio, grupos de inmigrantes originarios de Chicago anunciaron una caravana hacia Washington para participar en la manifestación que organiza el movimiento #Not1more (Ni una más), a realizarse el próximo 2 de agosto, en la que exigirán al presidente Barack Obama tomar alguna acción que detenga las deportaciones.

Algunos congresistas a favor de una nueva ley migratoria han propuesto una acción legal en la que los involucrados no serían legalizados, pero en la que se les podría suspender la deportación y otorgar permiso de trabajo, así como un número de seguro social.

Un estudio del 2011 hecho por el Centro de Investigación Aplicada (ARC), estima “conservadoramente” que hay al menos 5 mil 100 niños, que actualmente viven en cuidados de crianza temporales, cuyos padres han sido detenidos o deportados, y estima que en diez años habrá 15 mil menores más en la misma situación.

“La implicación de las deportaciones de tantas madres y padres significa que los niños son dejados en la custodia del otro padre, en la de algún otro familiar, un amigo, o en los peores casos, en la custodia del estado. Son muy poco conocidos los procesos de apoyo para madres y padres que intentan recuperar la custodia de sus niños una vez que están en México”, dice en su artículo sobre separación familiar, Victoria Kline, coordinadora del proyecto Unidad Familiar del Instituto para las Mujeres en la Migración.

La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) reportó que entre 2010 y 2014 van 9 mil 780 solicitudes de apoyo consular en casos de custodia de niñas y niños en E.U.

Más indocumentados
En medio de la declaración de crisis humanitaria hecha por autoridades estadounidenses y debida a los millares de niños migrantes detenidos en la frontera, la semana pasada el gobernador de Texas, Rick Perry, anunció que serán desplegados mil soldados en reserva de la Guardia Nacional con el objetivo de reforzar la seguridad fronteriza con México.

De acuerdo con la revista Proceso, el número de menores migrantes no acompañados en los últimos tres años ha ido en aumento: en 2011 el Departamento de Seguridad Interna (DHS, por sus siglas en inglés) registró unos 8 mil ingresos ilegales, pero en lo que va de 2014 ese número se ha incrementado hasta los 57 mil, y se espera que el año termine con más de 60 mil menores indocumentados en Estados Unidos.

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