Evocan al bibliófilo y académico Adalberto Navarro Sánchez

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El Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), de la Universidad de Guadalajara, conmemoró el centenario del natalicio del maestro Adalberto Navarro Sánchez (1918-2018), en el que académicos y escritores recordaron su labor como docente, editor y literato.

Navarro Sánchez fue una persona activa, profesor de muchos de los académicos de la que fuera la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad, e impulsor de poetas de varias generaciones, subrayó María del Socorro Guzmán Muñoz, académica del Departamento de Letras del CUCSH, quien añadió que también fue fundador de la revista Etcétera, la más longeva en México.

“Hoy estamos aquí para evocar a ese lector devoto, estudioso incansable y editor empedernido, el maestro Adalberto Navarro Sánchez, a quien conocí en la Facultad de Filosofía y Letras, y descubrí, años más tarde, al leer sus textos”, comentó el pasado martes en el auditorio que lleva el nombre del homenajeado en el CUCSH.

Guzmán Muñoz recordó una anécdota: “Él llegaba al grupo con libros para rifarlos. El gesto de generosidad del profesor se quedó marcado, porque veo esos volúmenes y lo recuerdo. Con el paso de los años me he ido especializando en literatura jalisciense del siglo XIX y XX, y realmente puedo valorar todo lo que hizo”.

Durante la mesa redonda “Semblanzas sobre la vida y obra de Adalberto Navarro Sánchez”, Patricia Córdova Abundis (jefa del Departamento de Letras del CUCSH); la académica Guadalupe Mercado y Wolfgang Vogt (profesor del CUCSH), recordaron anécdotas de Navarro Sánchez, quien fuera amigo de Juan José Arreola y Juan Rulfo.

Navarro Sánchez nació en 1918 en Lagos de Moreno, Jalisco. Publicó textos inéditos de Gabriela Mistral, Alfredo R. Plascencia, Agustín Yáñez, Jaime Torres Bodet, Juan José Arreola, Carlos Pellicer, entre otros. Además recopiló los textos de José María Vigil.

El autor de obras como Humana resistencia (1937); Nocturno de la esposa (1939); Liras y palabras dentro del mar (1944), y Espejo del Gólgota (1952), recibió el Premio Jalisco en 1973, y en 1955 se le otorgó la medalla José María Vigil.

El poeta Raúl Bañuelos recordó a su maestro “como un sabio” que los instruyó en literatura jalisciense, teoría y técnica de la literatura y análisis literario, bases para dar clases y escribir. “Nos hizo aprender de la tradición, que no es un lastre, sino un aprendizaje para romperla y encontrar la propia voz”, explicó Bañuelos.

Para Bañuelos, autor del poemario Los solos, Adalberto Navarro fue un gran poeta: “Excelente, abundante y diverso. Por ejemplo, hablaba de la soledad, el amor, la ciudad, la naturaleza y las artes. Creó belleza como un poeta filosófico, tenía una visión filosófica de la vida”, dijo.

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