Especies con alto potencial económico y nutricio

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    El chacal (o langostino), y el pez chame (o puyeque), han pasado desapercibidos para la pesca y el cultivo comercial. No obstante, podrían ser una alternativa económica y de consumo para los habitantes de las costas mexicanas, en particular para las marginadas, ya que de acuerdo con estudios tienen un alto potencial para la producción acuícola.

    Estas dos especies son el langostino Macrobrachium tenellum y el pez Dormitator latifrons. Este último, por ejemplo, es poco valorado por los pescadores tanto por su forma y color; lo emplean como carnada y lo dejan morir tras capturar otros organismos. Todo esto a pesar de su buen sabor y de ser rico en nutrientes.

    Por tal motivo, una treintena de investigadores nacionales, entre éstos de la Universidad de Guadalajara (UdeG), así como extranjeros, se reunieron en el Centro Universitario de la Costa (CUCosta), con sede en Puerto Vallarta, Jalisco, para discutir sobre los avances y conocimientos tecnológicos para cultivar estas especies.

    Del 7 a 9 de noviembre pasado, tuvo lugar el primer Encuentro Nacional Científico-Técnico sobre Macrobrachium tenellum y Dormitator latifrons, con líderes de grupos de investigación de las universidades Nacional Autónoma de México, Autónoma de Sinaloa, de Colima, de Juárez, Autónoma de Tabasco, del Instituto Politécnico Nacional y del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste.

    El foro se realizó con apoyo de la UdeG y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.

    Se convocó a investigadores  en especies nativas, como Cristiana Maciel, de la Universidad Federal de Pará, en Brasil, que conoce sobre la acuicultura del Macrobrachium Amazonicum, e Ingo Werthmann, de la Universidad de Costa Rica, quien habló de las afectaciones que enfrenta el crustáceo en América Latina.

    Dicho foro tuvo como meta fortalecer la comunicación entre los especialistas para saber cuáles son sus estudios, avances y qué falta por hacer; la meta es contribuir con una tecnología de cultivo, explicó el investigador del CUCosta, Fernando Vega Villasante.

    Y es que faltan más proyectos científicos para conocer ambos organismos, sobre todo para producir ejemplares en laboratorio con miras a obtener la semilla sin tener que tomar los animales del medio ambiente, explicó el especialista del CUCosta.

    La meta es cerrar el ciclo biológico, es decir, “traemos reproductores del medio ambiente, silvestres, llevamos a cabo la reproducción en laboratorio, obtenemos las crías de estos organismos, las llevamos al estadío adulto y obtenemos sus crías; o sea ya no necesitamos traer animales del medio ambiente para llevar a cabo la producción de larvas o de crías para cultivos”.

    Tal proceso puede llevar décadas; por ejemplo,el caso del pez robalo llevó 30 años de estudios.

    Aclaró que el Chame es un animal prolífico; puede darse por cientos de miles, pero si lo extraes de su medio ambiente y lo reproduces en un laboratorio resulta complicado, ya que se mueren las larvas o se enferman.

    La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura ha planteado que, antes de seguir con la introducción de especies exóticas a ecosistemas locales —que puede tener importantes repercusiones— es necesario fomentar estudios con especies nativas y desarrollar las tecnologías.

    Cualidades nutrimentales
    El CUCosta, en colaboración con otras universidades, ha estudiado el rendimiento nutricional de este pez. Ha encontrado que tiene mayor rendimiento que la tilapia y es tan nutritivo como ésta última, el bagre o el salmón.

    “Hicimos estudios de proteína de este organismo a nivel bioquímico y estamos muy sorprendidos, porque reúne casi todos los aminoácidos esenciales para la nutrición del ser humano. Entonces, sería una excelente proteína, de fácil acceso, adquisición y barata para comunidades ribereñas”, dijo el también jefe del Laboratorio de Calidad de Agua y Acuicultura Experimental, del Departamento de Ciencias Biológicas del CUCosta.

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