Hoy, transitar por una avenida durante las horas pico, involucra enfrentarse a decenas de bocinas y alaridos de toda clase.
La semana pasada tuve la oportunidad de analizar algunos datos publicados por el CEIT (Centro Estatal de Investigación de la Vialidad y del Transporte). Los datos son sorprendentes: aproximadamente existe un vehículo por cada 2.4 habitantes y éstos emiten el 88 por ciento de los contaminantes de la atmósfera, que en los últimos cinco años se han mantenido en niveles promedio de más de 100 imecas (nivel considerado como no satisfactorio).
La constante mala calidad del aire en nuestra ciudad, tarde o temprano representará un problema de salud pública mayor, que tendrá que atacarse con medidas drásticas.
Ante esta inminente situación, deberíamos entender que el uso del automóvil no debe ser personal y que los transportes no motorizados, así como los colectivos, son la mejor opción para desplazarnos por la ciudad.
Recordemos que el trato que damos a nuestra ciudad influye enteramente en la calidad de vida de nuestra población.
