Escuchar a los murciélagos

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    Los sonidos que emiten los murciélagos, denominados ultrasónicos porque no son audibles para el ser humano, resultan imprescindibles para que puedan desplazarse en su medio. El estudio de estos sonidos a través de la tecnología será una realidad gracias al trabajo conjunto entre la Comisión Nacional para el Uso y Conocimiento de la Biodiversidad (Conabio), el Centro Universitario de la Costa Sur (CUCSur), de la Universidad de Guadalajara, y otras 15 instituciones mexicanas, las cuales conformarán la primera fonoteca de murciélagos en México.

    Luis Ignacio Íñiguez Dávalos, jefe del Laboratorio de Zoología, del Departamento de Ecología y Recursos Naturales del CUCSur, y quien coordinará los trabajos en la región Occidente, explicó que estos mamíferos, los únicos con la capacidad de volar, constituye un grupo de suma importancia dentro de los ecosistemas, porque —según la especie— participan en procesos vitales, como la polinización de plantas, principalmente las pitayas, y son útiles para el control de poblaciones de insectos.

    “Los murciélagos, por sus mismas características biológicas, son un grupo difícil de estudiar. Tener los sonidos característicos que emiten nos permite en muchos casos, no en todos, identificarlos a nivel de especie. Una persona que quiera estudiar murciélagos o saber cuáles son los que existen donde él vive, podrá, a través de detectores ultrasónicos, grabar los sonidos y después compararlos en la fonoteca existente”, dijo Íñiguez Dávalos, quien ha dedicado cerca de 30 años al estudio de los murciélagos.

    El experto agregó que en México existen 139 especies de murciélagos, de las cuales aproximadamente el 60 por ciento emite sonidos de alta intensidad, posibles de grabar y luego analizar en una fonoteca. 

    “Son un grupo muy diverso. En cuanto a la parte ecológica, el 60 por ciento se alimenta de insectos, como plagas agrícolas o forestales, y hasta vectores de enfermedades. Hay otros que comen frutas, por lo que actúan como dispersores de semillas y ayudan a la regeneración de los bosques. Hay otros que se alimentan del néctar de las flores, por lo que también polinizan especies tropicales. Algunas otras especies comen peces y los hematófagos comen sangre”.

    Añadió que en la creación de la fonoteca participarán alrededor de una veintena de investigadores y estudiantes de Jalisco, Colima, Michoacán, Nayarit y Aguascalientes, quienes reúnen más de 400 años de experiencia.

    En los próximos meses recorrerán diversos puntos del país para obtener las grabaciones.
    “Obtendremos archivos digitales con las grabaciones y después se hará un análisis visual, auditivo y estadístico, para integrarse a la Fonoteca Nacional. Una vez que termine el proyecto, la base que generemos los expertos a nivel nacional, estará disponible para cualquier persona que la quiera consultar”.

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