Entre granadas te veas

    485

    Los hechos del pasado martes dan mucho para escribir. Sin embargo, queda en nuestras mentes la incógnita sobre las acciones de las autoridades para protegernos. Ahora dicen que necesitan dinero para seguridad. ¿Más? ¿No fue bastante lo que obtuvieron de aguinaldo como para darnos un poco a nosotros?
    Es injusto que ahora casi nos quieran tener en casa encerrados y dejando que otros se adueñen de la ciudad. Aunque tampoco lo es que la tranquilidad con la que salíamos por las noches ahora se vuelva en incertidumbre. No queremos volvernos paranoicos.
    Sabemos de antemano que esta ola de violencia no es privativa de Guadalajara, sino de muchos rincones de nuestro país, de los cuales ignoramos los sufrimientos o temores de sus habitantes. No creo que por falta de información, sino tal vez del miedo de algunos para decirlo. Todos en el pueblo saben, pero no hablan por miedo a convertirse en la siguiente víctima. Ahora sí que Dios nos agarre confesados.

    Artículo anteriorTeresa Figueroa
    Artículo siguienteUn llamado a transformar realidades