Entre escombros

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    La colonia El Hoyo, de Ocotlán, le hace honor a su nombre. Es de esos barrios marginales que se encuentran a lo largo de las carreteras de la periferia de las ciudades mexicanas: adentrádose cuadra tras cuadra, empiezan a desaparecer las casas de concreto, los negocios, las calles pavimentadas, el drenaje, la luz… y lo que queda es tierra y desamparo. Un hoyo, como al final de la calle Alfredo Gómez Arceo, que a causa de las fuertes lluvias del fin de semana antepasado en Ocotlán, se llenó de escombros, lodo y agua.

    La gente todavía el lunes 6 de octubre seguía sacando agua de las casas, quien con bombas, quien con palas, botes o lo que tuvieran a la mano. María del Refugio enseña sus pertenencias echadas a perder: refrigeradores, lavadoras, camas, muebles yacen enlodados en el piso de tierra: “Míralos, allí están. No los puedo ni mover porque se desbaratan”. La cocina y las dos recámaras “los únicos cuartos de concreto” aún tienen restos de agua sucia.

    Para cruzar la casa hay que pasar entre tiliches acumulados por doquier, ropa colgada a secar, jaulas de pájaros, pertenencias amontonadas e inservibles, y una gallina, la única superviviente, pues las otras se encontraban en la parte trasera del patio, donde el agua la noche del viernes llegó a más de un metro de altura y las arrastró.

    “El agua sigue saliendo: brota de las paredes, de las grietas del piso”, dice María, que en estos días con su familia “otros cuatro adultos y cuatro niños” duerme en el albergue del DIF. “Dicen que la colonia está construida arriba de escombros”. ¿Nunca le dijeron eso cuando vinieron a vivir? “Ya ves, uno por pobre. Tenemos 30 años aquí, y con un montón de problemas de salud, por la humedad”.

    Además de ésta, entre las colonias más afectadas se encuentran La Florida, Paso Blanco, La Primavera, Ferrocarril, ubicadas en zonas de las cuestas del municipio, y donde el agua alcanzó un nivel de hasta 90 centímetros. Al cierre de esta edición Protección Civil reportaba más de 800 casas y cerca de 250 familias afectadas.

    El DIF Ocotlán brindó apoyo a los damnificados. Los daños van desde pérdida de muebles y pertenencias personales, hasta derrumbes parciales y totales de casa habitación. Entregó, además, colchonetas individuales y despensas medianas a las familias afectadas.

    Frente al siniestro se movilizaron brigadas de Protección Civil local y estatal, que en sus cuentas en línea oficiales informaron que las inundaciones se debieron al congestionamiento de residuos en las alcantarillas, por la cantidad de desperdicios dejados en las calles y banquetas de las colonias del municipio.

    El problema del acumulamiento de basura en las calles de Ocotlán no es un tema nuevo, y es causado, entre otros factores, por la falta de organización en la recolección de basura.

    Sin embargo, en El Hoyo los habitantes creen que las inundaciones se acentuaron porque las casas están construidas arriba de veneros, y también por los trabajos que realizó el ayuntamiento para poner el drenaje hace pocos meses. “Le cambiaron la inclinación a la calle, para llevar el drenaje al colector principal, que está pa’ arriba”, explica José Luis Hernández, frente a un tubo de agua con el que están sacando litros de agua de su sótano. El agua se acumuló en el área, y se metió a las casas de los alrededores, en su mayoría moradas modestas, de ladrillo y piso de tierra. O incluso brotó del subsuelo.

    Afectaciones al plantel
    El Centro Universitario de la Ciénega también fue golpeado por las inundaciones. La brigada de Protección Civil de este centro se encargó de las obras de saneamiento y aseo después del evento, ocurrido a partir del sábado 5 de este mes.

    En el CUCiénega, ubicado en la colonia conocida como Infonavit 2, las plazoletas de los estacionamientos en las tres entradas principales quedaron completamente inundadas, impidiendo el acceso a trabajadores y estudiantes.

    “El drenaje de las colonias aledañas al CUCiénega es insuficiente. Esto ocasiona que colapse y por los desniveles en que estamos situados, afecta de Infonavit 2 a CUCiénega y de éste a la EREMSO (Escuela Regional de Educación Media Superior de la Universidad de Guadalajara en Ocotlán). Por eso los dos planteles fueron los que más acumulación de aguas negras tuvieron, por la situación geográfica en que se encuentran. Hasta que no solucionaron el problema de las colonias vecinas se pudo bajar el agua”, dijo el secretario académico del centro, César Ernesto González Coronado.

    No hubo daños materiales registrados, pero se mantuvo la situación de alerta, porque las aguas residuales acumuladas por los drenajes tapados podrían ser un foco propicio para la proliferación del dengue, por lo que las actividades estuvieron suspendidas durante dos días para la comunidad universitaria, académica y administrativa.

    Juan Carlos Cervantes, encargado de la brigada de Protección Civil en el CUCiénega, aseveró que el problema del alcantarillado inició en los recolectores del municipio: “Cuando terminaron de destapar las alcantarillas en las zonas céntricas pudimos empezar con las de la universidad, para que el agua bajara. Después tuvimos que lavar, desinfectar las zonas que estuvieron inundadas, pues las aguas negras son peligrosas para los estudiantes, se pueden infectar heridas, se corre riesgo de proliferación del mosco del dengue, y convertirse en un contenedor de enfermedades de esta clase”.

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