En familia

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    Suena el teléfono, contesta mi madre, saluda muy emocionada y después de una breve conversación cuelga el teléfono, avisa que nos visita la Tía Teresa. Mamá termina el comunicado ordenando que suspendamos cualquier actividad, que todos arreglemos nuestras recámaras, limpiemos ventanas y pisos, que los pasillos queden perfectamente limpios y relucientes, arreglemos el jardín y prendamos la fuente… ¡un momentito! ¿Cuál fuente? ¡Oh qué sorpresa! Existe una fuente en el jardín trasero que nunca se usa y por lo tanto le ha crecido una gran cantidad de plantas, lo cual la tenía bastante oculta (tanto como para ignorar su existencia). Se canceló la reunión con los amigos, pues se dedicó el tiempo a simular un orden en la casa que sólo existe cuando hay visita.
Llega la Tía Teresa y realmente se sorprende de lo limpia y ordenada que luce la casa, expresando cuánto le gustaría habitar en ella.
    ¿No sería más cómodo para todos mantener una limpieza y orden todos los días? Yo no lo sé, pero cuenta una leyenda que hasta en las mejores familias simulan así.

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