Embrutecimiento que seduce

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    En psicología la gente camina sobre una paradoja del mismo tamaño que su ignorancia. Se aceptan los presupuestos de la física y los avances de la ciencia médica, ambos basados en el materialismo y principalmente en el método experimental, pero cuando se trata del comportamiento humano, la gente prefiere creer en románticos supuestos pseudocientíficos derivados de “ingeniosas” y ambiguas analogías con la literatura (complejo de Edipo, complejo de Electra, complejo de Peter Pan, etcétera) y de arbitrarias importaciones de la física (proyección, condensación, transferencia etcétera).
    Las personas son seducidas por la existencia de complicados y misteriosos mecanismos inconscientes que determinan su conducta, mecanismos postulados hace más de 100 años, mismos que continúan cómodamente asentados en una cultura ingenuamente dualista respecto a la psicología y la ciencia en general.
    La psicología barata es tan vulgar como los programas que la promueven; que tal Fernanda Familiar en la radio, Mentes criminales, La ley y el orden y Doctor House en la televisión. Con este panorama, la gente puede ser lo suficientemente ignorante para evitar hablar de física o de filosofía, pero cuando se trata de psicología todos creen saber un poco, desde amas de casa hasta los “artistuchos”. No se trata aquí de un desconocimiento de los paradigmas en psicología, sino de un desconocimiento general de lo que es ciencia y pseudociencia.

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