El sida en nuestros tiempos

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A 29 años de haber iniciado los primeros reportes (junio de 1981) de una extraña enfermedad que atacaba a hombres homosexuales, a usuarios de drogas intravenosas y posteriormente a hemofílicos y niños, la situación de la infección por VIH/SIDA sigue siendo un problema en todas las regiones del planeta.
Esta enfermedad, emergente en los años 80, ha causado en su corta historia diversas reacciones en la sociedad, los gobiernos e inclusive en la ciencia.
Al principio se consideró por la sociedad que el sida era un padecimiento de las personas que transgredían las normas sociales hegemónicas, como los hombres homosexuales, las personas que se inyectaban drogas ilícitas o que tenían relaciones sexuales fuera del matrimonio; por lo que hasta se recurrió a esquemas obsoletos de explicación causal de la enfermedad como la mágica-religiosa de “castigo divino”.
Por su parte, algunos gobiernos trataron de ocultar la presencia de casos de sida en su país; otros prefirieron negar la trascendencia de este mal y no aportaron recursos suficientes e inclusive obstaculizaron campañas públicas para su prevención y control, como no hablar públicamente del condón. Y hasta en las más altas esferas científicas ocurrió la disputa de cuál fue el laboratorio que descubrió el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH): el de los franceses en el Instituto Pasteur, dirigido por Luc Montagnier, o el de los estadounidenses cuyo líder era Robert Gallo, quien anunció el aislamiento del virus; sin embargo, en un debate internacional que duró más de cinco años se identificó que Gallo había aislado el virus de una muestra que le fue enviada por sus homólogos franceses. Este error ético le costó a Roberto Gallo que el Instituto Karolinska lo excluyera de recibir el Premio Nobel de Medicina en 2008 otorgado a los investigadores franceses Franí§oise Barre-Sinoussi y Luc Montagnier por el descubrimiento del VIH y a Harald zur Hausen por el del Virus del Papiloma Humano.
Ante la falta de apoyo e incredulidad gubernamental para responder ante esta nueva enfermedad, los grupos de homosexuales en casi todos los países del mundo fueron los primeros en organizarse para difundir información pertinente para la prevención de la transmisión de este virus.
En el primer Congreso mundial de sida, celebrado hasta 1985 en Atlanta, Georgia, de los Estados Unidos, fui uno de los dos médicos mexicanos que acudimos, y ahí algunos colegas americanos me preguntaban si el sida era un problema mayor en México (en ese país, siempre con esa mirada inquisidora de “¿serán los mexicanos los que nos habrán transmitido ese virus?”). A lo cual siempre contestaba que los primeros casos detectados en México eran en personas estadounidenses o mexicanos que habían vivido o viajado a ese país y que habían tenido relaciones sexuales con americanos, con lo que ya se quedaban callados y desilusionados de no encontrar pistas para corroborar sus incipientes hipótesis o sólo denotaban su ignorancia en la investigación del VIH/SIDA.
En México, los primeros casos de sida se detectan en 1983 y hasta 1988 se crea el Consejo Nacional para la Prevención y Control del Sida (CONASIDA); al año siguiente en Jalisco iniciamos su contraparte estatal con el COESIDA, que ha tenido cinco secretarios técnicos, quienes en su mayoría y por el trabajo de las Organizaciones de la Sociedad Civil pertenecientes a dicho Consejo Estatal han terminado comprometiéndose con las acciones de prevención y control del sida en nuestra entidad. Sin embargo, al ser un organismo desconcentrado de la Secretaría de Salud Jalisco, depende de la voluntad, criterio y prejuicios de los Secretarios de Salud y otras autoridades en turno, lo que en varias ocasiones han obstaculizado estas acciones preventivas. Por lo que se requiere de un cambio de política pública para la descentralización de este importante órgano colegiado, donde participan la sociedad civil e instituciones públicas y privadas.
Los casos de sida siguen aumentando, a tal grado que la Organización de las Naciones Unidas incluye en su sexto objetivo de desarrollo del milenio: “Combatir el VIH/SIDA, la malaria y otras enfermedades”, con metas de lograr para 2010 el acceso universal al tratamiento del VIH/SIDA de todas las personas que lo necesiten y de haber detenido y comenzado a reducir la propagación del VIH/SIDA en 2015.
En la actualidad, de los nuevos casos mexicanos de sida diagnosticados en 2009, el 86.4 por ciento de los niños que viven con VIH lo han adquirido por transmisión perinatal de sus madres infectadas y que no sabían que portaban este virus y entre los casos de 15 y más años de edad, el 97 por ciento lo adquieren por transmisión sexual. La mayoría de estas nuevas infecciones por transmisión sexual se identifican en la población heterosexual.
Para lograr las metas del milenio se requiere la participación activa y decidida de toda la población mayor de 15 años en realizarse la prueba de detección de VIH periódicamente y particularmente en forma obligatoria a toda mujer en el primer trimestre de embarazo. La distribución de condones gratuitos o de bajo costo en todos los centros de reunión de jóvenes y adultos. Ampliar la cobertura de campañas de prevención en todos los medios de comunicación y de la educación sexual en todos los sectores de la población. Y la seguridad de atención integral física, psicológica y social de todas las personas que portan este virus.

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