El joven y los movimientos sociales

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    Como joven me uno a los movimientos sociales, me gusta participar, sin embargo considero que dejan mucho a desear. Tal vez el párrafo suene como canción, pero me salió del corazón decirlo.
    Las invitaciones me han llegado por amigos a través de Facebook, Twitter, y hasta algunos por la Blackberry. Con todo esto pensarán que chavo fresa, no sólo estoy globalizado, comunicado y actualizado.
    Participar en estos movimientos me hace sacar mi Yo que reclama justicia ante algunas diferencias, pero también defender lo que deseo: seguridad. Escuchamos leyendas de “No más”, hasta ponemos en el messenger la imagen de la campaña, y nos subimos al ring.
    He salido a las calles varias veces, pero creo que no debe ser una reunión de unas horas, o de un momento, sino que sea continúa. Vemos a los ciclistas, salen y salen a las calles en grupo y se van haciendo notar y reclamar espacios en las avenidas de la ciudad.
    Entonces qué nos pasa que no seguimos su ejemplo, y hacemos que los movimientos sociales, sean continuos, no alterando el orden público, no cerrando calles a nuestro paso, sino realizar brigadas para poner nuestra parte en “No más”, queremos paz.
    He dicho.

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