El desnudo o la ira de Dios

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    Francisco Pérez, autor del mural que fue borrado por el ayuntamiento de Encarnación de Díaz, podría presentar cargos contra las autoridades por daño al acervo cultural del municipio, derechos de autor y por violar los preceptos constitucionales de laicidad y de libre expresión.
    En entrevista, el artista oriundo de ese poblado jalisciense, asegura que cuenta con el apoyo de diversas organizaciones, entre ellas la Sociedad General de Escritores de México.
    Las demandas dependerán de si se logra un arreglo con el presidente municipal Fermín Gutiérrez, para que el mural “Evolución del factor femenino” sea de nuevo montado en las cúpulas de la Casa de la Cultura.
    La propuesta fue puesta a consideración de los regidores en sesión de cabildo, con la finalidad de generar un consenso respecto a este asunto que levantó polémica no sólo en la comunidad de “La Chona”, como es conocido el poblado, sino a escala nacional.
    El artista, quien cuenta con estudios en Antropología, señaló que el costo de rescatar este proyecto de nueve pinturas lo tendrán que pagar quienes incentivaron su destrucción.
    En caso de llevar el asunto a los juzgados, los responsables tendrán que pagar una indemnización, la cual sería utilizada para instaurar un campus para las mujeres que llegan a Aguascalientes para estudiar una carrera.
    Pérez asegura que este hecho servirá para que la población se replantee la división que debe existir entre la Iglesia y el municipio. “Mi pretensión es ganar hacia futuro una postura de un Estado laico, que no intervenga la Iglesia donde no debe”.
    El regidor de cultura del ayuntamiento de Encarnación de Díaz, Francisco íngel Romo González, señaló que el presidente municipal actuó de manera unilateral, pues no tenía el permiso de los regidores para borrar el mural.
    A pesar de haber ignorado el contrato adquirido por el anterior ayuntamiento, no hay un apartado en la Ley de Servidores Públicos que permita sancionar al presidente municipal por desacato.
    Apuntó que el clero debe respetar las decisiones de las autoridades gubernamentales y que si algo no le gusta “existen todos los caminos y formas para que con la tolerancia y el diálogo se solucione”.
    La gaceta buscó al alcalde Fermín Gutiérrez en su oficina y de manera telefónica para conocer su versión, pero éste no atendió las peticiones, argumentando reuniones y una agenda llena.
    A pesar de que Encarnación de Díaz es un pequeño poblado de apenas 47 mil habitantes, el jefe del comunicación social señaló que era “muy, muy difícil conseguir un espacio” en la agenda del primer edil.

    El mural censurado
    A principios de agosto, el mural “Evolución del factor femenino” fue destruido por órdenes del José María de la Torre, obispo de Aguascalientes, apoyado por el alcalde de “La Chona”, bajo el argumento que el proyecto contenía imágenes de mujeres desnudas que ofendían la moral de la población.
    Aunque las autoridades municipales han negado la injerencia de la jerarquía católica en este asunto, el obispo de Aguascalientes, arquidiócesis a la que pertenece este pueblo, aceptó ante medios de comunicación que fue él quien mandó quitar el mural que mostraba imágenes “obscenas y aberrantes”.
    El mural fue realizado como parte de los festejos que el municipio llevo a cabo para celebrar los 250 años de su fundación, el pasado 18 de agosto, cuyo acto principal fue una misa encabezada por el cardenal de Guadalajara, Juan Sandoval íñiguez.
    Un año antes, el ayuntamiento, mediante un acuerdo del anterior cabildo, aprobó el concepto del mural (con los desnudos incluidos) y el monto de 450 mil pesos que sería pagado al artista y a sus ayudantes.
    La intervención de los muros fue realizada de agosto a noviembre, con una técnica antigua en la que se aplica base de cera a las pinturas. La obra fue suspendida porque el ayuntamiento aún le adeudaba al pintor 200 mil pesos.
    Sólo terminaron seis de las nueve pinturas. Fue la obra principal la que creó mayor escándalo entre la comunidad de este pueblo. El mural evocaba al de “La creación” de Miguel íngel, sustituyendo al hombre por una mujer desnuda que reposaba en una mancha de sangre menstrual que se convertía en un embrión.
    Otra de las cúpulas representaba las cuatro variables del machismo y el poder masculino. Otra sugería la intolerancia social hacia la homosexualidad.
    En el lugar donde estaba el mural, fueron colocadas varias vitrinas con estandartes, armas y diversos objetos que fueron utilizados durante la época cristera. Se prevé que ésta sea la sede del Museo Cristero.

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