El apocalipsis y una ciudad de muertos

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Imaginemos a México desde una geografía compuesta por apenas tres estados fronterizos: Baja California, Chihuahua y Nuevo León. El resto del norte como lo conocemos apenas estaría formado por San Luis Potosí. Al sur encontraríamos un Bajío distinto, en el que estarían Jalisco, Michoacán y Guanajuato. Veracruz sería la única puerta al Golfo y se uniría extrañamente a Quintana Roo, mientras en la costa pacífica aparecería Oaxaca. ¿Y el resto de México? Todo lo demás sería el centro, la ansiada “Capital del Buen Teatro” que el dramaturgo Martín López Brie recreara en el mapa de la escena expandida.  Esta es la geografía que dibuja el dictamen de la Muestra Nacional de Teatro a celebrarse en el próximo mes de noviembre en la ciudad de Monterrey.  Y es justamente esta extraña idea de “lo nacional” lo que desde los orígenes de la Muestra sigue siendo cuestionado por propios y extraños, ya que sigue sin conciliar una fórmula que pueda integrar desde la calidad, al teatro que se hace en todo el país.

Dos producciones de Jalisco, específicamente, de Guadalajara, fueron elegidas para presentarse en la Muestra: Nekrópolis de Roberto Alvim y dirigida por Beto Ruiz y Pedazos de apocalipsis de Martín López Brie bajo la dirección de Adrián Nuche.  Además de la semántica de la muerte y la destrucción, ambos montajes tienen otros puntos en común.  Se trata de producciones que sin romper las convenciones generales del teatro dramático, buscan caminos alternativos y estéticas particulares para hablar del desastre. 

Nekrópolis es resultado de la Semana Internacional de la Dramaturgia Contemporánea celebrada en Guadalajara en 2013, que trajo al autor brasileño Roberto Álvim a nuestra ciudad para compartir su obra con Ruiz. Ese verano se dieron graves y violentas manifestaciones en Brasil y mientras Álvim discutía sobre las estrategias dramáticas y los nuevos caminos del teatro, en Río de Janeiro, su ciudad, vecindarios enteros ardían ante el descontento social. Eso es Nekrópolis, una sociedad que ha normalizado la violencia del Estado en un contexto social caótico que da vida a un grupo terrorista que resignifica el crimen y la muerte.  El elenco está formado por Paloma Domínguez, Mariel Rodríguez, Sarah Martin, Joosy Méndez, Olaff Herrera y Said Sandoval. 

Pedazos de apocalipsis escrita por Martín López Brie, es una producción de la compañía local La Nao de los sueños dirigida por Adrián Nuche. Este montaje, que contó con el apoyo del programa de la SCJ “Jalisco a Escena”, sale de la caja negra del teatro para ofrecer una experiencia escénica en una chatarrera.  La Nao de los sueños es una de las compañías más sólidas en nuestra ciudad que desde hace algunos años ha buscado integrar formalmente otras disciplinas artísticas en sus proyectos escénicos, y en Pedazos de apocalipsis la música se convierte en un elemento fundamental a través del coro de voces masculinas que complementan la experiencia.

A lo largo del metálico sendero de la puesta, el público va haciendo escalas en diferentes paisajes caóticos en los que se presentan los pedazos del fin del mundo, recreados por los once actores que forman el elenco.

Si bien hay mucho por seguir debatiendo respecto a la idea del “centro”, el llamado “interior” y las “periferias” del teatro mexicano, así como a las estrategias en las que se convoca a esta fiesta escénica, lo que podemos apuntar es que estas dos son obras de calidad que apuestan al contenido y corren riesgos para la construcción de una estética que subraye el dolor compartido de un país tan violento como el nuestro.

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