El Piense II y Vittorio de Sica

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    Unos cuantos pares de zapatos desgastados y polvorientos, unas prendas descoloridas y translúcidas por el uso, me hicieron reflexionar en cómo era la necesidad de estos jóvenes que fungieron como aspirantes de bachillerato en la UdeG.
    El sábado pasado participé aplicando el examen de admisión en la preparatoria donde soy académica y fue una experiencia grata por lo que estos jóvenes me hicieron reflexionar tras la siguiente retrospectiva.
    Hace 16 años mis necesidades eran sus necesidades y no me refiero burdamente a las económicas, que en algunos de ellos son tangibles, me refiero a necesidades que te hacen buscar en la educación oportunidades para ser un mejor ciudadano, una mejor persona y un ente con más conocimientos, claro que hace 16 años no pensé así… pero en el fondo aunque los escenarios cambian, la esencia es la misma.
    Tras esta retrospectiva quiero compartirles ahora una breve analogía que nace de esta experiencia.
    El ladrón de bicicletas de Vittorio de Sica comunica simbólica y explícitamente la falta de apoyo que tienen las autoridades para que el infortunio de Antonio (personaje principal de la película) deje de ser invisible para las autoridades, se haga visible ante una sociedad con necesidades primordiales y otorgue derechos que permitan un mejor estado de vida.
    Así, el gobierno actual (no el de Italia, Alemania o cualquier otro del contexto de la segunda guerra mundial) debe proveer a las instituciones facultadas para la educación, espacios públicos, educación pública con cobertura suficiente para que, a través de la educación, la vida sea la que nunca quisimos ver con el niño de seis años que en la película de Sica aparece…

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