Desorden mundial favorece resurgimiento del populismo

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El resurgimiento del populismo, una posición política en contra del neoliberalismo, se debe al incremento en el desorden mundial caracterizado por el debilitamiento, e incluso la destrucción de las economías, las políticas nacionales mal ejecutadas, así como el cambio climático que afecta a la ecología, afirmó Bruce J. Perlman, Director de la Escuela de Administración Pública, de la Universidad de Nuevo México.

En la conferencia magistral “Gobernanza y administración pública en la era de los populistas”, que impartió en el Paraninfo Enrique Díaz de León de la Universidad de Guadalajara (UdeG), dio a conocer que dos síntomas de la debilidad de una economía son el desempleo y el bajo crecimiento económico. En Latinoamérica, en 2017 el desempleo alcanzó los 23 millones de personas en las ciudades, de acuerdo con estudios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (Cepal).

Con base en un crecimiento económico de 2.2 por ciento pronosticado para este año, se espera una disminución en el desempleo del 9 por ciento, según las mismas fuentes, indicó.

En este contexto, dijo que no beneficia el hecho de que la ayuda económica externa proveniente de Estados Unidos de América (EUA) tiende a disminuir para Latinoamérica.

“Mi país enviaba mucha ayuda externa a los países centroamericanos, y ahora no se quiere proporcionar, tampoco permitir que los centroamericanos entren a territorio estadounidense. Hay que adoptar una u otra respuesta, pero no ambas”, agregó.

J. Perlman relacionó el resurgimiento del populismo con el aumento de la inequidad y la exclusión social.

“Hay una movilización de los desposeídos, que se sienten excluidos social y culturalmente, y sus inquietudes están aumentando porque se sienten inestables”, explicó.

El especialista señaló la necesidad de reforzar los gobiernos locales, ya que las acciones a ese nivel pueden ser más eficientes que las nacionales, produciendo óptimos resultados para el pueblo.

“El dinero, por ejemplo, tiene impacto donde llega, y a nivel federal queda entrampado; pero si se aplica a nivel local puede haber mayores posibilidades de que haya beneficios y colaboración o coaliciones entre sectores”, subrayó el especialista.

En cuanto al cambio del clima y sus efectos en los ecosistemas, afecta a gente que podría vivir en su pequeña granja, en la selva o gracias a la pesca, pero si estos recursos se ven afectados, ellos salen perjudicados, por lo tanto, tienen que buscar otras opciones para vivir: una de ellas puede ser la migración.

Características

Explicó que el populismo es una manera de entrar en la política y adoptar una posición en contra del liberalismo, no contra la democracia. El líder populista adora a las mayorías, quiere tenerlas como sus seguidores.

Para el populismo, la nación o sociedad está dividida en dos grupos: el pueblo o las personas virtuosas, y la élite o los corruptos; mas los líderes “verdaderos” de corte populista se presentan como si conocieran la voluntad unificada del pueblo. Se oponen a los que identifican como sus enemigos. Muchos son autoritarios, nacionalistas y están en contra de la multiculturalidad.

J. Perlman señaló que el populismo puede darse en opciones políticas calificadas como de derecha o izquierda, y en diferentes naciones como Alemania, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Grecia, Argentina, Bolivia, España, entre otras.

Mencionó a Hugo Chávez (Venezuela), Evo Morales (Bolivia) y Rafael Correa (Ecuador), como pioneros del populismo moderno del siglo XXI, y entre los sospechosos de serlo, a Donald Trump, Presidente de EUA y a Vladimir Putin, Presidente de Rusia.

Descartó calificar a Andrés Manuel López Obrador como populista. “Yo no sé, no soy mexicano, pero si me consultan en un año, les digo mi opinión”, aclaró.

Indicó que entre las tácticas que usan los líderes populistas se encuentran usar malos modales y conducta inadecuada. Es decir, mostrar que no son gente culta y no forman parte de las élites.

Otra es tener una campaña política continua. Personas como Trump siempre están dando discursos para motivar a “su pueblo”, y promueven la democracia directa, que la gente vote directamente, no a través de los legisladores.

Usan las mentiras grandes y pequeñas. “Si se observa a Trump, dice primero una cosa y luego lo contrario, y el próximo día algo intermedio”.

J. Perlman agregó que no necesariamente hay que rechazar a los populistas como políticos, pero sí su conducta si es inadecuada; también sus mentiras, y exigir su atención a los problemas reales y no a la retórica.

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