Los seres humanos creemos que vivimos en un planeta que nunca se va a acabar. Afortunadamente gozamos de las necesidades básicas que nuestro cuerpo tiene, es decir, tenemos agua para beber, oxígeno que respirar y toda clase de alimentos que la naturaleza nos brinda.
Sería incorrecto ignorar que la tierra es un recurso no renovable y que es inevitable que algún día perezca. No por esto debemos de ponernos en una actitud exagerada en la cual no queramos ensuciar ni usar nada. Primeramente hay que admitir que los recursos naturales que poseemos se terminaran algún día, así que el objetivo no es guardarlos para siempre, sino usarlos con sabiduría y respeto.
Que no sea nuestra culpa que el mundo se acabe más pronto, solemos creer que esto no sucederá cuando nosotros estemos vivos, pero el deterioro de la naturaleza y los cambios tan drásticos en los fenómenos climáticos nos sorprenden cada vez más. No seamos egoístas y cuidemos nuestro planeta, que es el único que tenemos.
