Contragolpe

    1123

    El 10 de mayo de 2014 no fue un día cualquiera. Desde que me levanté sabía que sería de trascendencia para mí. Tengo la certeza de que fui de los pocos que aguantaron todo el sacrificio que implicaba organizar y formar un equipo sin recursos; sólo se contaba con el apoyo de la gente.

    Lejos había quedado el 1 de agosto del 2009, cuando UdeG sorprendió a todo mundo y enmudeció a la afición local al minuto seis, justo cuando Jonathan Borja les ganó las espaldas a los zagueros freseros (quienes se quedaron pidiendo fuera de lugar) y ante el arquero Miguel Corona simplemente cruzó la pelota. Era el debut de Leones Negros en la división de Ascenso frente al Irapuato, en el Estadio Sergio León Chávez. Fue el primer gol de los universitarios luego de veinte años de ayuno en un torneo de liga.

    Ese diez de mayo, tenía tiempo que no veían tantas camisetas y banderas de los Leones Negros por toda la ciudad; las expectativas eran mayúsculas, ya que habían empatado como visitantes en la gran final por el ascenso contra los Tecos. El Jalisco se vistió de rojo, negro y amarillo. El resultado es de todos conocido. Cuando “Gansito” Hernández anotó el gol del ascenso yo estaba en la banca de suplentes, una gran felicidad me asaltó porque se había cumplido un gran anhelo que me forjé desde el 4 de abril de 1994. “Ya somos de Primera División”, me dijo y me abrazó Jairo González. Vendría el festejo en la cancha, las medallas y la rueda de prensa que tuve que preparar porque todos andaban de festejo. Vi a muchas personas que jamás había visto en la cancha. Bien dice el dicho que al carro de la victoria todos se suben. Terminado el protocolo, el presidente de la División de Ascenso se acerca y me cuelga una medalla y me dice: “Don Raúl, más que merecida esta medalla”; gracias, el mérito es de los jugadores.

    En el camión de la victoria, fui invitado por Poncho Sosa, transitamos en medio de cheves. “Sabes por qué me siento inmensamente feliz, Raúl”, me dice Sosa. “Por todos aquellos que lucharon como tú para el regreso del equipo. Te cumplí porque tú me invitaste”. Sobrio como es, tomó una cerveza hasta el fondo. Hoy se vale, pensé.

    Artículo anteriorInforme de Actividades 2015
    Artículo siguienteResultados Programa Especial de Reconocimiento a la Superación y Desarrollo del Personal Académico de Carrera