Combustible desde la grasa de pollo

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    En el Centro de Investigación en Nanociencias y Nanotecnologías, del Centro Universitario de los Valles (CUValles), un equipo de investigadores encabezado por Celso Velásquez Ordóñez, trabaja en un proyecto para generar biodiésel con la grasa de pollo que queda como residuo en los negocios de rosticería.

    El proyecto surgió hace tres años, a partir de que detectaron un problema de contaminación en ríos de la región, como consecuencia de que la mayoría de estos negocios desechan sus residuos —principalmente la grasa del pollo— directamente en las alcantarillas.

    “Aunque también nos dimos cuenta de que esa grasa que queda tras el proceso de cocción del pollo, era utilizada en los negocios para freír los tacos dorados que venden ahí mismo, mientras que otros nos dijeron que tiran sus desechos directamente al drenaje”.

    A partir de las etapas de experimento, el equipo de investigadores ha logrado su objetivo de convertir la grasa en combustible, pero aún siguen realizando pruebas para mejorar su eficiencia.

    “Los datos y todos los estudios experimentales de los resultados de esa reacción química ya fueron caracterizados. Ya tenemos la conversión, pero queremos aumentar el rendimiento”, comentó Velásquez Ordóñez.

    Los beneficios de este combustible radican tanto en el costo como en el impacto al medio ambiente, ya que por tratarse de residuos la materia prima puede adquirirse fácilmente. Además, el resultado es un combustible biodegradable.

    El equipo ha recibido peticiones de algunas compañías para adquirir la metodología de conversión. Sin embargo, lo que busca el conjunto de académicos es contar con la tecnología para luego elaborar una especie de manual de procedimientos y ponerlo a disposición de ejidatarios de la región Valles, para que ellos puedan hacer el biodiésel y lo usen en sus vehículos de trabajo.

    “Nosotros no podemos aquí en el laboratorio dedicarnos a hacer el biodiésel a grande escala. Nos dedicamos a hacer la parte de investigación en nuestra planta piloto, porque nosotros sólo queremos proyectar la tecnología a los ejidatarios, transferirla”.

    El investigador del CUValles explicó que este proceso de conversión es realizado en otras partes del mundo. En México, Chiapas se ha dedicado a hacerlo.

    De acuerdo con Celso Velásquez, el proyecto se encuentra en un 50 por ciento de avance, y en él participan estudiantes de la licenciatura y posgrado en el área de nanotecnología.

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